En la semana epidemiológica 24 de 2024, México reportó un alarmante incremento del 385% en los casos confirmados de dengue, alcanzando 17.016 casos en comparación con los 3.505 registrados en el mismo periodo de 2023.
Además, se han documentado 26 defunciones por esta enfermedad, un aumento notable respecto a las cinco muertes del año anterior. Estos datos provienen del informe semanal Panorama epidemiológico de dengue 2024 de la Secretaría de Salud.
Los casos se concentran en cinco estados: Guerrero, Tabasco, Veracruz, Michoacán y Chiapas, que representan el 59% del total. Esta situación ha generado preocupación a nivel nacional, especialmente en estas áreas donde el dengue se ha comportado de manera más agresiva.
El perfil de los pacientes con casos graves muestra una ligera predominancia de hombres, con un 53% de los casos, en comparación con el 47% de mujeres. La mayoría de estos casos severos requieren atención médica urgente debido a complicaciones como hemorragias internas y fallos orgánicos.
Este aumento no es exclusivo de México. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que en toda América Latina se han registrado más casos de dengue en el primer semestre de 2024 que en cualquier año anterior. Esto ha llevado a diversas autoridades sanitarias a implementar acciones de emergencia para controlar el brote.
En México, la tasa de incidencia acumulada para la semana 23 fue de 63 casos por cada 100.000 habitantes, reflejando el impacto del dengue en la población. Se reportaron 510 casos graves, representando el 0.61% del total, y 26 muertes, con una tasa de letalidad del 0.031%.
El dengue es causado por el virus del dengue, transmitido por el mosquito Aedes aegypti, que se reproduce en recipientes que acumulan agua, como barriles y llantas. Es importante mencionar que el dengue no se transmite de persona a persona, lo que hace crucial eliminar los criaderos de mosquitos.
Este mosquito es muy resistente; sus huevos pueden sobrevivir en condiciones secas durante más de un año, facilitando su proliferación incluso en épocas de sequía.
Las autoridades han puesto en marcha acciones preventivas en los estados más afectados, que incluyen la eliminación de criaderos, abatización y termonebulización para combatir a los mosquitos adultos. Estos esfuerzos se concentran en áreas urbanas y rurales donde el mosquito tiende a reproducirse.
Se recomienda a la población mantener patios y azoteas limpios, eliminando recipientes que puedan acumular agua. Además, es fundamental tapar bien los contenedores de agua, lavar frecuentemente aquellos de uso común y utilizar larvicidas o insecticidas específicos con precaución para no afectar especies beneficiosas como las libélulas.