Las autoridades continúan las labores de rescate en medio de la tragedia causada por las intensas lluvias en varias regiones del país
Un total de 57 personas han perdido la vida debido a las graves inundaciones que azotan el norte de Tanzania, según el más reciente informe oficial compartido por la presidenta del país, Samia Suluhu.
“De momento hemos lamentado la pérdida de 57 de nuestros compatriotas en esta tragedia, mientras que 85 aún reciben atención médica en el Hospital Regional de Referencia de Manyara, el Hospital del Distrito de Hanang y el Centro de Salud de Gendabi”, ha detallado Suluhu en un mensaje publicado en su cuenta en ‘X’, antes Twitter.
Suluhu ha instruido al primer ministro, Kassim Majaliwa, a tomar una serie de medidas de respuesta, tales como cubrir los gastos funerarios, sufragar los gastos médicos de los heridos y proporcionar viviendas permanentes a aquellos que han perdido sus hogares.
Acciones urgentes y compromiso constante
Además, ha dispuesto la movilización de todos los organismos oficiales en respuesta a la catástrofe, con la indicación de “trabajar día y noche para restablecer la normalidad en la situación”. También ha requerido una evaluación exhaustiva de los daños.
“En tanto el Gobierno continúe con estos esfuerzos, mantendremos a todos los afectados por esta tragedia en nuestros pensamientos y oraciones”, afirma.
Suluhu ha vuelto de forma anticipada al país desde Dubái, adonde se había desplazado para participar en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023, la COP28.
El área más afectada es la región del monte Hanang, donde se han desplegado las fuerzas de seguridad. Según informa el periódico tanzano ‘The Citizen’, las inundaciones han causado importantes daños en las infraestructuras y viviendas de la provincia de Manyara, donde se encuentra Hanang.
Las autoridades han advertido que aún no han completado la evaluación de los daños y continúan dando prioridad a las operaciones de rescate.
Anualmente, las inundaciones impactan a decenas de miles de personas en Tanzania, y es considerado el desastre natural más significativo debido a su impacto en la agricultura del país.