El paso del tiempo y la repetición constante de gestos faciales dejan huellas visibles en nuestro rostro, conocidas como líneas de expresión.
Para combatirlas, muchas personas recurren a tratamientos estéticos invasivos o al uso de cremas especializadas. Sin embargo, hay una técnica que está ganando terreno como una alternativa natural, económica y accesible: el yoga facial.
Esta práctica consiste en la realización de masajes y estiramientos específicos en los músculos del rostro con el objetivo de mejorar la circulación sanguínea, tonificar los tejidos y suavizar la apariencia de las arrugas.
Su creciente popularidad radica en su simplicidad y en el hecho de que no requiere grandes inversiones, a diferencia de otros procedimientos cosméticos.
Expertos en dermatología han comenzado a analizar los posibles beneficios del yoga facial.
Según Anetta Reszko, dermatóloga consultada por CNN, los músculos faciales desempeñan un papel crucial en nuestras expresiones cotidianas, como sonreír o fruncir el ceño.
Sin embargo, con el envejecimiento, estos músculos y la grasa que los rodea pueden reducirse, afectando el volumen y la firmeza del rostro. Reszko explica:
«El yoga facial busca activar la capa de músculo que se encuentra debajo de la grasa, lo que podría ayudar a restaurar la estructura facial»
En 2018, el dermatólogo Murad Alam lideró un estudio para evaluar la efectividad de esta práctica. Durante 20 semanas, los participantes realizaron ejercicios faciales diarios de 30 minutos.
Los resultados, evaluados por un panel de dermatólogos, mostraron mejoras significativas, especialmente en las mejillas, donde los músculos son más grandes y respondieron de manera notable al estímulo.
Alam señaló que estos cambios son prometedores, ya que fortalecen áreas clave del rostro que suelen perder volumen con la edad.
Uno de los ejercicios más recomendados para suavizar las líneas de expresión en la frente consiste en colocar los dedos sobre esta zona, estirando suavemente la piel hacia los lados.
Mientras se realiza esta acción, se intenta levantar las cejas, generando una resistencia con los dedos. Este movimiento ayuda a liberar la tensión acumulada y a reducir las arrugas del entrecejo, que a menudo son producto del estrés.
Para obtener mejores resultados, se sugiere practicar este ejercicio diariamente.
Sin embargo, como con cualquier técnica, es importante tomar precauciones. Antes de comenzar una rutina de yoga facial, se recomienda consultar con un dermatólogo para asegurarse de que sea adecuada para cada tipo de piel y situación específica.
Además, si durante la práctica se presentan molestias o síntomas adversos, es fundamental suspender los ejercicios de inmediato.
El yoga facial se presenta como una opción interesante para quienes buscan un enfoque natural y no invasivo para cuidar su rostro.
Más allá de los beneficios estéticos, esta práctica también fomenta la conexión con el propio cuerpo y la relajación, convirtiéndose en una herramienta de bienestar integral.