Las altas temperaturas hacen que el corazón trabaje hasta tres veces más de lo normal

16 de agosto de 2025
1 minuto de lectura
Mujer con un golpe de calor I Fuente: Freepik

Cuando la temperatura corporal se acerca a los 40 grados es urgente acudir a un centro médico

Cuando suben los termómetros, el cuerpo empieza a trabajar de manera diferente. El corazón aumenta su ritmo y bombea más sangre hacia la piel. Esto permite que el sudor enfríe el cuerpo, pero también genera un sobreesfuerzo. Según el jefe de Cardiología del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario, Antonio Álvarez-Vieitez, el corazón puede llegar a trabajar hasta tres veces más de lo normal.

Si esta situación se mantiene, las personas con el corazón débil pueden desarrollar insuficiencia cardíaca. Aparecen signos de fatiga y dificultad para realizar actividades simples. Al mismo tiempo, los riñones reciben menos flujo sanguíneo. Sus arterias se contraen y pierden eficacia para depurar la sangre. Esto provoca pérdida de sales y líquidos, aumentando el riesgo de deshidratación.

El calor intenso también puede llevar a un golpe de calor. Álvarez-Vieitez alerta de que, cuando la temperatura corporal se acerca a los 40 grados, se presentan mareos, ahogo y cese del sudor, es urgente acudir a un centro médico. Mientras llega la ayuda, se recomienda enfriar el cuerpo con duchas, baños o paños fríos e hidratar al paciente. Si no puede beber líquidos, es necesario administrar sueros para que los riñones funcionen y la tensión arterial se mantenga.

Según ha informado Europa Pres, las personas más vulnerables son los mayores de 70 años y los niños. Su sistema de termorregulación no funciona igual que en adultos jóvenes. Además del golpe de calor, el aumento de temperatura puede provocar angina hemodinámica por el esfuerzo extra del corazón.

Consejos para protegerse

El calor también afecta la circulación periférica. La vasodilatación enlentece el flujo sanguíneo y puede causar edemas en piernas y pies. Para evitarlo, Álvarez-Vieitez aconseja no permanecer largos periodos de pie o sentado. Hacer ejercicio moderado y mantener las piernas en alto ayuda a mejorar la circulación. Quien se quede de pie demasiado tiempo puede sufrir hipotensión, mareos o incluso síncope por falta de riego cerebral.

Curiosamente, el calor puede ser beneficioso para algunas personas con hipertensión. Las altas temperaturas facilitan el control de la presión arterial, ya que las arterias se dilatan. Sin embargo, los hipertensos que toman diuréticos deben extremar precauciones para no deshidratarse.

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