Todo el país pendiente del partido de semifinales que juegan hoy España frente a Francia por un puesto en la final de la Eurocopa
Hoy los españoles buscan respuestas urgentes y vitales para nuestro futuro inmediato y no tienen nada que ver con lo que sucederá ahora que el magistrado García Castellón ha decretado el archivo del ‘caso Tsunami’; si Vox romperá definitivamente los pactos de gobierno con el PP por el reparto de menas entre las autonomías; o si Puigdemont será detenido si comparece para la constitución del Parlamento catalán, o incluso si habrá acuerdo entre la patronal y el Gobierno para reducción de jornada laboral. Y mucho menos si Macron logrará que se forme gobierno en Francia sin los radicales de la izquierda o la derecha y menos aún con la decisión de Biden de irse o quedarse para pelear con Trump en las presidenciales.
Noooooo. ¡Por Dios, nosotros estamos en lo importante y en lo que importa! Todas esas cuestiones hoy a los españoles se las traen el pairo. Hoy los españoles buscan respuestas a si el entrenador de España, Luis de la Fuente, sacará el mismo once titular frente a Francia o tocará en alguna línea. Nos preguntamos si nuestros extremos Lamin y Nico estarán finos para el desborde, si Dani Olmo tendrá otra noche de magia o si será hoy cuando asome Kylian Mbappé, oculto tras la máscara que le protege de la fractura nasal.
No se habla de otra cosa
Que nadie se confunda, hoy en este país no se habla de otra cosa que del partido de semifinales que enfrenta esta noche a España contra Francia. La victoria da paso a la final de la Eurocopa y a la gloria del fútbol, que puede ser efímera, pero que mientras ocurre reconfortará a un país envuelto en ruido político, conflictos sociales y quimeras económicas.
Nadie como los españoles para abrazarnos en los orgullos patrios del deporte aunque luego nos tiremos los trastos en los territorios y defendamos otras banderas. El deporte ha pegado más a este país que todos los políticos juntos, y ha unido más en la sonrisa y los abrazos hermanos que cualquier otra circunstancia, que las hay y buenas en un país grande que muchas veces demostramos no merecer ni respetar.
Nueva España multicolor y plural
Esta selección española es reflejo de esa nueva España multicolor y plural en la que tiene por estrellas a Nico Williams y Lamine Yamal, hijos de inmigrantes; en la que defienden nuestros colores apellidos franceses como Laporte, y equipo de jugadores brillantes como Cucurella que muchos no conocíamos porque siempre han jugado en equipos europeos. Selección orgullosa, con talento, juventud y experiencia.
Con los nervios por las nubes y las dudas sobre una Francia ramplona hasta ahora en la competición que ha sido históricamente la bestia negra del combinado nacional, nos va a dar igual durante las próximas horas lo que pase en el mundo, por cerca o lejos que suceda.
A estos galos les tenemos ganas y hoy puede ser un gran día para desquitarnos de las veces que nos ningunean como turistas o nos vacían los camiones de frutas y verduras. En tierras de Astérix no nos soportan y menos desde que les hemos dado en Rolans Garros o en el Giro con muchachos como Nadal o Indurain.
Habrá tiempo de volver a la rutina
Ya tenderemos tiempo de volver a las rutinas cansinas de un pueblo que gira en sus torpezas sobre sí mismo de la mano de guapos de ego subido -sí, pongamos que hablo de Pedro Sánchez- y de ministros de cacareo y aplauso fácil. Francamente, a veces relaja mucho más la bronca de Marta Peñate y Sofía Suescun en los Cayos Cochinos de Supervivientes, o incluso ponernos al día de cuándo y dónde será el ‘gender reveal’ del bebé de Anabel Pantoja, la sobrinísima de la tonadillera, que los vapuleos entre PP y PSOE, y de los demás, en la Cámara a cuenta de la renovación del Consejo General del Poder Judicial, la amnistía o de las infinitas cosas por las que discuten que no arreglan la vida de los ciudadanos.
Es increíble admitir que esa vida mundana y cotidiana de vividores sin oficio ni beneficio que nacen y mueren en las cadenas de televisión, en ocasiones parezcan soplos de menta para despejar la mente y aliviarnos la mala leche que nos provocan sus señorías los diputados y similares, pero sucede, sí.
Enganchados y enchidos
El fenómeno del fútbol no tiene nada que ver con esto último, salvo en su capacidad para abstraernos de una realidad incómoda. Desde que comenzó la Eurocopa que se celebra en Alemania, el quipo de La Roja ha ido poco a poco conquistando y convenciendo hasta fijar en él la atención de millones de espectadores que han convertido en líder a la 1 de TVE.
Llegábamos a Berlín sin ser favoritos y con poco entusiasmo de la afición, pero el juego y los resultados de los nuestros nos tienen enganchados y henchidos, y ya nos vemos ganadores. Es verdad que estamos a un paso, pero un paso que pasa por vencer hoy a Francia.