La pregunta resuena con fuerza tras la tragedia del vuelo 171 de Air India: ¿hay un asiento más seguro en un avión? Viswash Kumar Ramesh, de 38 años, ocupaba el asiento 11A cuando el Boeing 787-8 se estrelló poco después de despegar en Ahmedabad (India), convirtiéndose en el único superviviente del accidente. Sin embargo, los expertos consultados coinciden en que su salvación no se debió a la ubicación, sino a la suerte, según una información de El Diario de Chihuahua.
“En este tipo de accidentes, simplemente no se sobrevive. Que este hombre lo haya hecho, es una excepción. No hay ciencia que lo respalde”, afirma Shawn Pruchnicki, ex investigador de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas y docente en seguridad aérea.
Durante años ha circulado la creencia de que los asientos de la parte trasera ofrecen mayor probabilidad de supervivencia. Esta teoría, sin embargo, parte de una idea errónea: que la parte delantera impacta siempre primero. “La dinámica de un accidente es completamente impredecible”, zanja Jeff Guzzetti, ex investigador de la FAA y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de EE. UU.
Cada siniestro aéreo es único: velocidad, ángulo de impacto, punto de colisión, diseño del avión… demasiadas variables para establecer una regla clara sobre qué asiento podría considerarse más “seguro”.
El 11A estaba situado junto a una salida de emergencia, lo cual podría ofrecer ventajas en un escenario de evacuación, pero no garantiza la supervivencia si el resto del fuselaje resulta dañado, como ocurrió en este caso. Ramesh relató que el lado derecho del avión quedó completamente aplastado, dificultando cualquier intento de huida por esa vía.
“En accidentes donde el avión se mantiene entero tras el impacto, las salidas cercanas pueden ayudar. Pero en siniestros de gran escala como este, no hay normas que valgan”, aclara Guzzetti.
Aunque cada accidente aéreo genera un gran impacto mediático y social, los datos siguen respaldando la seguridad del transporte aéreo. Las cifras de siniestralidad son extremadamente bajas en comparación con otros medios, y cada incidente sirve para mejorar los protocolos y los estándares.
“La aviación comercial es uno de los medios de transporte más seguros del mundo. Que una persona sobreviva en un accidente de esta magnitud es, simplemente, un milagro”, concluye Pruchnicki.