Ahmed Ben Yessef presenta ‘Tetuán, mi cuna, Sevilla, mi hogar’: un puente pictórico entre dos mundos

20 de mayo de 2025
3 minutos de lectura
Paloma y ciudad
Una de las obras que conforman la exposición. /FI

La Casa Provincial de la Diputación sevillana acoge la muestra, inaugurada ayer

La ciudad de Sevilla se ha convertido en punto de encuentro entre dos realidades culturales y emocionales gracias a la exposición de Ahmed Ben Yessef, titulada Tetuán, mi cuna, Sevilla, mi hogar.

En esta muestra, el artista marroquí-nacionalizado español, nacido en Tetuán (Marruecos), traslada a los visitantes a un recorrido sensorial entre su tierra natal y la ciudad que lo ha acogido, explorando temas de identidad, pertenencia y memoria.

Una mirada desde la raíz y la transformación

El título de la exposición anticipa una profunda reflexión sobre el concepto de hogar. Tetuán, ciudad marroquí que se encuentra en la costa mediterránea, es el lugar que vio nacer al artista, pero Sevilla, la ciudad española en la que ha vivido gran parte de su vida, también se presenta como su «hogar» en este viaje personal.

La dualidad que propone Ben Yessef se refleja en las obras que componen la exposición, donde se perciben ecos de ambas culturas.

El contraste entre el norte de África y el sur de España, entre las influencias árabes, bereberes y andaluzas, atraviesa no solo el espacio físico de la galería, sino también el proceso creativo de Ben Yessef.

El artista se vale de diversos medios, desde la pintura hasta la escultura, pasando por instalaciones que hacen que el espectador se sienta parte de ese entrelazamiento de dos mundos.

Cultura y pertenencia: el origen y el presente

Una de las claves de la exposición es la exploración de la identidad.

Ben Yessef, a través de su obra, reflexiona sobre cómo su identidad ha sido marcada por dos lugares muy distintos pero complementarios.

Por un lado, Tetuán, una ciudad de gran tradición morisca, vinculada a la historia del Imperio otomano y con una fuerte influencia de la cultura árabe-andaluza; por otro, Sevilla, una ciudad cargada de historia, donde la huella de Al-Ándalus es todavía muy presente en la arquitectura, el arte y las costumbres.

El artista invita a observar cómo los recuerdos, las experiencias y la evolución personal se entrelazan con las raíces geográficas y culturales, creando una red compleja de significados.

El vínculo entre estos dos lugares no solo tiene que ver con la geografía, sino con los sentimientos y las vivencias que marcan a una persona a lo largo de su vida.

En sus cuadros, esculturas y piezas audiovisuales, Ahmed Ben Yessef utiliza colores cálidos y formas evocadoras para simbolizar la fusión de esas raíces y el renacimiento que le ha dado Sevilla.

El arte como testigo de una historia compartida

Ben Yessef no solo presenta una visión personal de su proceso de adaptación, sino que su trabajo también ofrece una reflexión sobre la convivencia intercultural.

En una Europa que cada vez más se enfrenta a retos relacionados con la inmigración y la integración, la obra del artista se erige como una celebración de los puentes que se pueden construir entre diferentes mundos.

La exposición se convierte, por tanto, en un lugar de encuentro, de diálogo y de reconocimiento entre culturas.

Las piezas que componen Tetuán, mi cuna, Sevilla, mi hogar, no solo nos hablan de la transformación de Ben Yessef como individuo, sino también del proceso de construcción de una identidad plural, que abarca lo marroquí, lo andaluz, lo árabe y lo español.

En este sentido, la exposición se convierte en una reflexión sobre la riqueza de la identidad múltiple, la diversidad y la capacidad del arte para narrar historias compartidas que trascienden las fronteras.

La exposición en Sevilla: un recorrido emocional y visual

La Casa Provincial de la Diputación sevillana acoge la muestra, inaugurada ayer y que estará abierta hasta el día 29 de junio. La galería, un espacio de arte contemporáneo de gran prestigio en la ciudad, se presenta como el escenario perfecto para dar voz a este proyecto que explora los lazos emocionales y culturales entre Tetuán y Sevilla.

Los visitantes tienen la oportunidad de adentrarse en un universo de sensaciones donde se mezclan la luz, el color y las texturas, pero también las historias de vida de un hombre que, a través de su arte, busca encontrar su lugar entre dos mundos.

La exhibición no solo es una muestra de la obra de un artista, sino también una invitación a reflexionar sobre las complejidades de la migración, la integración y la identidad en el contexto globalizado actual.

El arte que supera barreras

«Tetuán, mi cuna, Sevilla, mi hogar» no es solo una exposición visual, sino un viaje emocional y cultural que nos invita a pensar en la importancia de la pertenencia y el sentido de hogar, dos conceptos profundamente humanos y universales.

A través de sus ojos, podemos ver cómo el arte tiene el poder de superar barreras, de unificar y de narrar historias que nos conectan más allá de las diferencias geográficas, históricas y sociales.

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