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Además de Milei, ¿qué necesitan los poderes fácticos globales de Argentina?

Pedro Jorge Solans

Con una perspectiva geopolítica más amplia que la local y la regional, es necesario preguntarse: ¿Qué más necesitan los poderes fácticos del último país del mapa del Cono Sur (Argentina)? Porque, a esta altura de los tiempos que vivimos, no se puede creer miopemente que son las riquezas y los recursos naturales, porque de una u otra medida ya la tienen. Tampoco plantear un saqueo, sería más bien un problema.

Con altos porcentajes de pobres e indigentes, casi sin industrias y con todo en su poder, ¿para qué entrometerse? ¿para qué ocupar el sillón presidencial? ¿Y… entonces?

Si revisamos la historia reciente, se ve con nitidez lo que pasó con Argentina en el mapa mundial cuando vivió un verdadero golpe liberal como el aplicado por el entonces presidente Carlos Menem a finales del siglo pasado, pero con un poco más de rigor, se podría revisar la historia desde la guerra de Las Malvinas en adelante.

En 1982, hubo una contienda bélica burda, grosera y destinada a lo que fue, una excusa para lograr otros objetivos que nada tenían que ver con los sueños patrióticos de los jóvenes argentinos que pusieron el cuerpo. Luego, Menem con su “coqueteo” con Siria, después enviando simbólicamente barcos de guerra al conflicto del Golfo, más tarde, vendiendo armas de contrabando a Ecuador en otra guerra sin sentido con Perú.

Las consecuencias fueron dos atentados sangrientos con centenares de muertos, uno a la embajada de Israel y otro a la DAIA; y una voladura monstruosa de una fábrica militar que conmocionó a la ciudad cordobesa de Río Tercero, también con muertos y destrucción.

Nunca se supo los objetivos de los poderes fácticos; lo que sí saben los argentinos es que el país puso los muertos, los daños irreversibles y aún está pagando las deudas.

¿Entonces… ahora?

Ahora, con un actor cómico de segunda linda, flojito en salud mental, y que ostenta un rótulo de economista anti político, sentado en el sillón de Rivadavia en la Casa Rosada.

¿Qué necesitan?

En el ámbito especulativo, coincido con el dirigente Eduardo Di Cola: ¿querrán provocar una guerra civil ¡Tantas provocaciones en tan poco tiempo! ¡Tanta miopía en geopolítica, en diplomacia, en derecho internacional!

En el mega Decreto Necesidad de Urgencia (DNU) que anunció el presidente Milei y que dio a conocer esta semana para que ingrese como proyecto de ley al Congreso Nacional, contempla una serie de atribuciones presidenciales y derogaciones de leyes, donde algunas asustan, como que puede autorizar el ingreso de tropas militares extranjeras, vender los recursos naturales como las cuencas de agua dulce, selvas, cordones montañosos, glaciares y autorizaciones para incendiar tierras improductivas.

Di Cola afirma, “quieren que Argentina se transforme en una zona de conflicto para justificar una intervención militar extranjera”.

Y, otra vez, la historia nos recuerda la invasión a la Panamá del presidente Noriega, a varios países de Centroamérica, los intentos por el petróleo de Venezuela…

“La represión y la violencia desde la propia policía, la suma del poder público en manos de Milei con exclusión del Congreso, la eliminación de derechos individuales y colectivos, la venta del territorio con la ilimitada posibilidad de compra de nuestras tierras estratégicas por parte de intereses extranjeros, el ingreso de tropas de potencias extranjeras para involucrarnos en conflictos tan lejanos para los argentinos”, señalan los opositores.

Zelensky en Buenos Aires

El actor, abogado y presidente ucraniano, Volodímir Oleksándrovich Zelenski ,dejó por unos días la conducción de la guerra a la que está sometida su país para asistir a la asunción presidencial de Milei, el pasado 10 de diciembre.

Con todo el significado que tiene que un mandatario de un país en guerra asista a una ceremonia de asunción, Milei fue más allá. Involucró a la Argentina en esa contienda que se libra a 15.000 kilómetros donando material bélico, dos helicópteros, a Ucrania. Es el único país de Latinoamérica en hacerlo, una provocación internacional innecesaria, pero, con las que pretenden llevarnos a un enfrentamiento social violento.

Estas acciones, como lo que ocurrió con China de tardar en enviar embajador, de enojarse con el vecino estratégico Brasil, anunciar el traslado de la embajada de Tel Aviv a Jerusalén en una Israel en conflicto, como tantas otras… ¡Me hace recordar tanto a los muertos de Malvinas y de Menem!

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