Hoy: 22 de noviembre de 2024
El escritor barcelonés Eduardo Mendoza vuelve con Tres enigmas para la Organización (Seix Barral), una novela policíaca en clave de comedia y sátira social protagonizada por los absurdos integrantes de una organización gubernamental secreta. “El humor es exigente. Si haces humor, tienes que hacer reír y ser eficaz”, afirma.
Mendoza destaca que el humor en la novela es “como cocinar, tiene un punto” y no pasarse de listo para que funcione de forma precisa. Algo que procede de la propia intuición de cada uno a la hora de escribir, según el escritor.
Tres enigmas para la Organización narra la investigación de tres casos. Por una parte, la aparición de un cadáver en un hotel de La Rambla; por otra, la desaparición de un millonario británico en su yate y las singulares finanzas de una empresa de conservas.
Con esta novela, Mendoza busca que su historia sea “autocontenida”, sin temas candentes ni contenido. E invita al lector a sumergirse en su obra para que, tras concluirla, sienta una sensación similar a la de terminar una partida de Monopoly.
Respecto a las similitudes que pueden tener sus personajes con los de Mortadelo y Filemón, de Francisco Ibáñez, reconoce que es “admirador” de la obra del historietista. Y asegura que ambos han bebido de las mismas fuentes.
Además de Mortadelo y Filemón, las novelas clásicas de misterio han marcado su lectura. Como las de Sherlock Holmes. Y para él el género negro es la “novela más común” en la actualidad, ya que estima que en las librerías puede haber un 70% de libros que son de investigación y misterio.
“Se ha convertido en el género más representativo y representado”, ha dicho Mendoza, quien ha recordado que él empezó a escribir novela negra cuando en España no era común. En su caso, siempre en clave de humor.
En un principio, dijo que no iba a escribir más obras. Pero decidió escribir esta novela bajo el modelo de las series policíacas actuales con la intención de crear “una para entretener, que sea una burrada”.
De hecho, decir que no escribiría más le ha dado mucha libertad para encarar Tres enigmas para la Organización. Ahora se ve como “un poco así de tiempo de descuento. Si cae un gol bien, pero sí no, no pasa nada”.
“Demasiadas veces he dicho cosas que no tendría que haber dicho. No sé lo que pasará dentro de un año o una semana”, expresa. Aun así, si dentro de un año vuelve a presentar un libro, admite que será el más feliz.