Felipe González, con 83 años, sigue siendo uno de los referentes políticos de España. Tras 14 años al frente del Gobierno, su vida ahora se centra en mantener rutinas que cuidan su bienestar. Lejos del bullicio del poder, el sevillano se considera una persona tímida y reservada. “Soy fundamentalmente tímido y me gusta estar solo”, confiesa. Sin embargo, aclara que esto no le impide conectar con los demás. Para él, la empatía no depende de la extroversión.
González ha dedicado gran parte de su vida a la política, pero nunca buscó el poder por sí mismo. “A mí me interesaba más la política que el poder. El poder me abrumaba, pero la política me apasionaba”, admite. Incluso llegó a pensar en renunciar en varias ocasiones por esta razón. Una visión que sorprende, sobre todo recordando la famosa imagen del 28 de octubre de 1982, cuando obtuvo la mayoría absoluta. “Hay una sonrisa medio forzada… no refleja bien lo abrumado que estaba”, recuerda.
Su vida familiar y su origen en el barrio sevillano de Bellavista también han dejado huella. Su hija relata anécdotas de su infancia que reflejan la disciplina y el esfuerzo inculcados desde joven. La herencia de ser hijo de un vaquero sigue presente en su manera de ver la vida: trabajar y valorar cada logro, según apunta Lecturas.
Hoy, Felipe González cuida especialmente su descanso. Su rutina nocturna es estricta y no admite excepciones. “Cuando estoy en un hotel, me pongo en el lado de la cama donde no está el teléfono. El móvil lo dejo en silencio a partir de las 22:30 horas”, cuenta. Esta medida no es casual. Durante décadas, las llamadas inesperadas le condicionaron. Ahora prefiere desconectar y preservar su sueño.
El sevillano reconoce que estas rutinas le aportan tranquilidad. Ya no depende de los avisos constantes del móvil ni de compromisos laborales urgentes. Su descanso forma parte de un estilo de vida que combina disciplina y cuidado personal. Además, estas prácticas reflejan una personalidad reflexiva y consciente de sus límites, incluso a sus 83 años.
Recientemente, González fue distinguido con el Collar de la Insigne Orden del Toisón de Oro. Un reconocimiento que comparte con la reina Sofía por su dedicación a España y a la Corona. Su vida actual, marcada por la serenidad y el respeto a sus hábitos, muestra a un hombre que sigue siendo referente, pero ahora con la libertad de vivir según sus propias reglas.