La depresión estacional es un tipo de tristeza que aparece sobre todo en otoño e invierno. Muchas personas la relacionan con los días fríos y las celebraciones decembrinas. No es solo sentirse un poco melancólico; puede afectar la convivencia familiar, el trabajo, la escuela y la rutina diaria.
El frío influye en nuestros hábitos. Cuando bajan las temperaturas, tendemos a salir menos de casa. Esto reduce la exposición a la luz solar, algo esencial para que el cuerpo produzca Vitamina D. Esta vitamina está ligada a la serotonina, la hormona de la felicidad. Menos luz solar, menos serotonina, más tristeza.
Por otro lado, las fiestas navideñas no siempre traen alegría. Para algunas personas, estas fechas son un recordatorio de ausencias, conflictos familiares o situaciones difíciles que generan ansiedad y ánimo bajo. Así, la combinación de frío y presión emocional puede detonar la depresión estacional, según apunta el Diario de Yucatán.
Los síntomas más comunes incluyen cansancio excesivo, sueño prolongado, aumento del apetito, tristeza constante y sensación de desesperanza. También pueden aparecer sentimientos de culpa o minusvalía. En casos graves, la depresión estacional puede llevar incluso a ideas suicidas. Por eso, es importante no ignorarlos.
Si notas estos signos en ti o en un ser querido, acudir a un especialista es clave. El IMSS ofrece atención mediante psiquiatras y psicólogos, con urgencias de psiquiatría disponibles las 24 horas, todos los días del año. Además, cuenta con la línea de Orientación Médica Telefónica: 800 22 22 668, opción 4, para apoyo en salud mental.