Una lesión en la médula espinal cambia la vida de quien la sufre. No solo por la pérdida de movilidad o sensibilidad, sino por las consecuencias que pueden aparecer con el paso del tiempo. Lo que muchas veces no se dice es que, después de superar la etapa hospitalaria, comienza otro desafío: cuidar la salud para evitar complicaciones crónicas.
Diversos estudios han demostrado que las personas con lesiones medulares tienen más probabilidades de desarrollar enfermedades como hipertensión, diabetes, problemas cardiovasculares o trastornos metabólicos. Esto ocurre incluso en quienes antes eran completamente sanos.
El cuerpo, tras una lesión de este tipo, entra en un proceso de adaptación constante. La falta de movimiento, los cambios hormonales y las alteraciones en el sistema nervioso influyen en el funcionamiento de órganos vitales. Por eso, el seguimiento médico y la rehabilitación no deben verse como algo temporal, sino como un acompañamiento continuo que permite mantener la mejor calidad de vida posible.
Una lesión medular no termina cuando el paciente deja el hospital. En realidad, ahí comienza una nueva etapa que requiere cuidado integral, atención especializada y mucha paciencia, según el Diario de Yucatán.
El aumento del riesgo de enfermedades crónicas tras una lesión medular no es inevitable, pero sí exige atención y prevención. La clave está en actuar a tiempo. Mantener una alimentación equilibrada, controlar el peso, realizar ejercicios adaptados y acudir a revisiones médicas periódicas puede marcar una gran diferencia.
También es importante cuidar la salud emocional. Vivir con una lesión medular puede generar estrés, ansiedad o depresión, factores que, a su vez, influyen en el bienestar físico. Un enfoque integral que atienda tanto el cuerpo como la mente es esencial para reducir los riesgos a largo plazo.
La medicina ha avanzado mucho en la atención a las lesiones de la médula espinal. Hoy existen terapias, programas de rehabilitación y recursos que ayudan a las personas a llevar una vida más plena y saludable. Pero aún queda un reto importante: crear conciencia sobre la necesidad de un seguimiento constante, incluso años después del accidente.
Porque una lesión medular no solo afecta la movilidad. Afecta todo el organismo. Y entenderlo a tiempo puede ser la diferencia entre vivir con limitaciones o vivir con salud.