Un equipo de la Universitat Rovira i Virgili, el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili y el área de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición del CIBER (CIBEROBN) asoció el consumo moderado semanal de frutos secos con una mejor función cognitiva. También lo vinculó a una microbiota intestinal más diversa.
El estudio se publicó en la revista Age and Ageing. Las personas que consumen entre tres y siete raciones de 30 gramos por semana mantienen una mejor función cognitiva. Se observaron diferencias en grupos bacterianos intestinales beneficiosos ligados a un mayor consumo de frutos secos. La comparación se hizo frente a quienes toman menos de una ración semanal, según informa el Diario Las Américas.
Tras seis años de seguimiento, los hallazgos sugieren un papel de la microbiota intestinal. Podría favorecer la síntesis de metabolitos que, al llegar al cerebro, mejorarían la función cognitiva a través de distintos mecanismos.
Indicó la investigadora predoctoral y primera autora del estudio, Jiaqi Ni:
«Este trabajo es el primero en examinar simultáneamente la relación entre el consumo de frutos secos, la composición de la microbiota intestinal y la función cognitiva de forma prospectiva»
Después, subrayó que este descubrimiento refuerza la idea de que los hábitos dietéticos saludables como tomar frutos secos con frecuencia pueden tener un «impacto positivo» en la salud cerebral, a través de mecanismos «hasta ahora desconocidos».
Además, el director del estudio, Jordi Salas-Salvadó, añadió una lectura de futuro. Los resultados no solo confirman los beneficios del consumo de frutos secos, sino que «abren nuevas vías de investigación» sobre el papel modulador de la dieta en la microbiota intestinal y sus posibles efectos sobre el cerebro.
La investigación analizó a 747 participantes. La edad media fue de 65 años. Presentaban sobrepeso, obesidad o síndrome metabólico. El objetivo fue identificar estrategias preventivas centradas en factores modificables para afrontar las enfermedades que afectan a la salud cognitiva.
Ante la falta de tratamientos que las resuelvan o frenen su progresión, los investigadores adoptaron un enfoque dietético «prometedor». Se centraron en la ingesta y los hábitos alimentarios.
Es más, subrayaron los científicos:
«En este contexto de envejecimiento global de la población y el aumento de casos de demencia, el estudio destaca la importancia de intervenciones dietéticas sencillas, accesibles y basadas en la evidencia. Un puñado de frutos secos al día puede ser una estrategia efectiva para promover un envejecimiento cognitivo saludable»