El director médico del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja, Pablo Turrión, advierte de que actuar en los primeros dos minutos tras una parada cardiorrespiratoria eleva las posibilidades de supervivencia a más del 70%. Sin embargo, por cada minuto sin intervención, estas se reducen un 10%. En España se registran unos 30.000 casos anuales, con una tasa de supervivencia inferior al 10%.
Casi el 80% de las paradas cardiorrespiratorias suceden en el domicilio, lo que refuerza la importancia de capacitar a la población en maniobras básicas y dotar de desfibriladores externos semiautomáticos (DESA) a espacios públicos, comunidades de vecinos y pequeños negocios. Estos dispositivos permiten aplicar descargas eléctricas que restauran el ritmo normal del corazón.
Además de la instalación de DESA, Turrión subraya la necesidad de formación en RCP y primeros auxilios. Estas habilidades no solo son esenciales frente a una parada cardiorrespiratoria, sino también ante emergencias frecuentes como atragantamientos, hemorragias o traumatismos.
El especialista propone incluir la enseñanza de RCP básica en los planes educativos, comenzando con dinámicas sencillas en primaria, formación práctica en secundaria y certificaciones oficiales en bachillerato o FP. Esta preparación debería actualizarse con cursos de reciclaje cada uno o dos años, siguiendo las últimas recomendaciones científicas.
La American Heart Association (AHA) estima que por cada 1.000 a 1.500 personas entrenadas en RCP se salva una vida. Con esta proporción, la enseñanza masiva se perfila como una de las medidas más eficientes de salud pública, capaz de multiplicar las posibilidades de supervivencia en miles de emergencias cada año.