José Luis Gómez Urquiza, profesor de Enfermería del Adulto I, decidió romper con las clases tradicionales. Inspirado en las series policíacas, convirtió su asignatura en un auténtico caso judicial ficticio. Su objetivo es claro: motivar a los estudiantes y lograr un aprendizaje más dinámico.
En cada sesión, los alumnos no solo escuchan teoría. Deben investigar pistas que, en realidad, son factores de riesgo, tratamientos y métodos diagnósticos relacionados con un infarto de miocardio. Para dar más realismo, el propio profesor asume el papel de “acusado” del crimen. Los estudiantes reciben un sobre con veinte documentos que simulan evidencias policiales. Su misión: redactar un informe que demuestre que la víctima falleció por un infarto.
“Con esta metodología, los estudiantes aprenden de manera más autónoma y no dependemos del formato clásico de la clase magistral”, explica Gómez Urquiza. Además, los grupos que resuelven el caso con éxito reciben una insignia de reconocimiento, fomentando la motivación y la competitividad sana. La idea sorprende a muchos al principio, pero pronto comprueban que estudiar puede ser entretenido y efectivo a la vez.
Esta iniciativa comenzó en 2017 y, desde entonces, ha evolucionado. Gómez Urquiza ha ido perfeccionando los documentos y las pistas para que sean más claros y didácticos. También se ha reforzado el trabajo en equipo y la evaluación de competencias más allá del examen tradicional.
El factor sorpresa es uno de los elementos más valorados. Los estudiantes no saben exactamente qué esperar al entrar en clase. Esa incertidumbre provoca atención y curiosidad, elementos fundamentales para un aprendizaje significativo. “La mayoría comenta que aprenden mientras se divierten”, asegura el docente.
Los resultados no se han hecho esperar. Además de una mayor implicación, las notas de los alumnos que participan en estas clases mejoran. La experiencia demuestra que la creatividad en la enseñanza puede marcar la diferencia. Una asignatura que parecía estrictamente teórica se transforma en un espacio de investigación, colaboración y entretenimiento.
Para Gómez Urquiza, esta experiencia no solo enseña Enfermería, sino también habilidades prácticas como la resolución de problemas, la comunicación efectiva y el trabajo en equipo. Una fórmula que combina educación y entretenimiento, y que deja claro que aprender no tiene por qué ser aburrido.