España atraviesa estos días una intensa ola de incendios que ha arrasado miles de hectáreas en diferentes regiones. Ante esta situación, los enfermeros insisten en que la población conozca y siga medidas básicas para proteger su salud y su seguridad. Lo primero y más importante es mantener la calma. Llamar al 112 y proporcionar la ubicación exacta del fuego es fundamental. También hay que indicar qué se está quemando y hacia dónde se dirige el incendio.
Los especialistas recomiendan moverse siempre cuesta abajo y en dirección contraria al viento, ya que esto reduce el riesgo de encontrarse con llamas y humo. Cubrir la boca y la nariz con un paño húmedo ayuda a protegerse de la inhalación de humo. Los lugares más seguros suelen ser aquellos que ya han sido arrasados por el fuego, como rocas, carreteras o riberas de ríos. Es crucial evitar zonas con vegetación densa o ramas bajas.
Cuando el fuego amenaza áreas residenciales, mantener puertas y ventanas cerradas y suspender el uso de aire acondicionado puede marcar la diferencia. Si una persona queda atrapada, los huecos en el terreno o zonas sin plantas ofrecen mayor protección. En caso de que la ropa se prenda fuego, se recomienda rodar sobre el suelo y cubrir el cuerpo para sofocar las llamas.
Los enfermeros también recuerdan la importancia de actuar rápido ante quemaduras o inhalación de humo. Lo primero es alejar a la persona del calor o las llamas. La piel afectada debe enfriarse con agua corriente fría durante varios minutos. Nunca se debe usar hielo, agua muy fría, agua de mar, cremas, aceites ni pasta de dientes. La ropa o los objetos ajustados, como anillos o cinturones, deben retirarse con cuidado, siempre que no estén adheridos a la piel.
Las quemaduras deben cubrirse con gasas estériles o paños limpios y secos. Es vital mantener la asepsia hasta llegar a un centro de salud. La reposición de líquidos y el confort del afectado durante el traslado también son esenciales. La atención médica urgente es necesaria si las quemaduras son profundas o extensas, afectan a cara, manos, pies, genitales o articulaciones, o si hay dificultad para respirar por inhalación de humo.
Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería, subraya la gravedad de la situación: “Lo que estamos viendo es un desastre que pone en riesgo la salud de la población y destruye miles de viviendas y patrimonio cultural”. Héctor Nafría, divulgador científico del CGE, añade: “Saber cómo actuar puede salvar vidas. Primero avisar, luego buscar refugio y mantenerse informado”.