Los NO-Derechos de los presos en España. Cap. 9: Instrucción y educación. Art. 55 y ss.

“La libertad sin educación es siempre un peligro; la educación sin libertad resulta vana”. —John F. Kennedy—

Para darnos cuenta de lo anticuada que está la ley penitenciaria y del poco caso que nuestros políticos de turno le prestan, tan solo tenemos que ver la redacción que tiene el art. 55.3, que dice:

La Administración penitenciaria fomentará el interés de los internos por el estudio y dará las máximas facilidades para que aquellos que no puedan seguir los cursos en el exterior lo hagan por correspondencia, radio o televisión.

Tan solo los que hemos vivido y estudiado en el siglo pasado sabemos lo que son los cursos por correspondencia de CCC, CEAC, etc. Cuando te mandaban los libros por correo (ordinario, postal) y te mandabas los exámenes también por correo postal.

Hoy en día, salvo los cursos de inglés que se emiten por la 2 de RTVE no existe nada que se haga por televisión y menos por radio. Hoy en día todo se hace por mail y a través de internet.

¿Qué tipo de formación se va a impartir a los “analfabetos y jóvenes” como dice la Ley? ¿Libros de matemáticas, lengua y ciencias? ¿Cuadernos de escritura “Rubio”? Seguimos anclados en el siglo XIX. Mucho bono cultural, mucho kit digital, pero en las cárceles españolas se sigue estudiando con los libros de papel y sin poder entrar en los foros o formular dudas o consultas a los profesores. Al menos en las dos cárceles donde yo he cumplido, Estremera y Logroño.

Pero bueno, ¿qué podemos esperar de los políticos que dicen representar a nuestra sociedad, si nuestra sociedad no quiere saber nada de nada de sus presos, y cuando se enteran de algo es para criticarlo sin saber.

¿Cómo un preso va a salir de prisión con una o dos carreras terminadas, y gratis? Eso es lo que se preguntan las mamas de los niños que se pasan seis o siete años para sacarse un grado de cuatro. ¡Es muy difícil y exigen mucho! ¡Porque mi niño es muy listo! ¡Sí! Y muy vago, también.

Para los presos, la matrícula del primer grado es gratuita. Sí. Pero debe aprobar el 75 % de los créditos en los que se ha matriculado o se le quita la gratuidad, aproximadamente lo mismo que a cualquiera de la calle que tenga derecho a una beca. Y ahí se queda la gratuidad. Los libros te los compras tú o se los pides a algún compañero que haya terminado el curso. Y si tienes alguna duda, pues a joderte o a preguntar a algún compañero que haya pasado por lo mismo que tú.

¡Ah! Y una cosa más. En la cárcel no nos regalan los grados como puede parecer o como piensan algunos. A los exámenes vienen los profesores o responsables de la UNED y supervisan perfectamente que no se copie o haya sustituciones durante los mismos. No vaya a ser que nos equiparen con las universidades privadas que dicen que son chiringuitos donde se regalan los títulos.

Antiguamente, había convenios con alguna otra universidad, como por ejemplo la UPV, La universidad del País Vasco, que formaba a los etarras fundamentalmente, pero creo que servía más como pago para que dejaran de amenazar a los profesores de dicha universidad durante los años duros y para hacer de correos entre los presos y la directiva de la banda terrorista.
​También servía para que ciertos ayuntamientos batasunos, dieran ayudas económicas y de algún otro tipo a través de dicha universidad, vamos para derivar fondos al peculio de los presos etarras, que ya de por sí vivían de puta madre y no les faltaba de nada.

¿Instrucción y educación! Reza el capítulo X. Pero ¿En qué materias? Desde luego no en matemáticas, ciencias o lengua. Más bien en técnicas y tiempos para atracar una sucursal bancaria, aunque hoy en día no merece la pena el riesgo por el poco beneficio que puedas sacar. Otra clase magistral es sobre las mejores rutas para el transporte de drogas a través de nuestra geografía, o cual es el mejor coche para usar de lanzadera.

Para los que les interesa pueden aprender en qué países puedes comprar un niño de cinco o seis años para que te haga los recados, ¡Ah, no! No era para eso. También puedes saber qué despachos de abogados, siempre y cuando tengas fondos suficientes, pueden adelantar tu salida de la cárcel o incluso perder tu sumario, ya que conocen al funcionario encargado de recoger las “astillas” para engordar la cuenta de Su Señoría.

También puedes saber qué despacho de abogados se encarga de pagar las tarifas impuestas por la junta de tratamiento para que te concedan permisos o el ansiado tercer grado, que fluctúan entre cinco y diez mil euros para los permisos, depende de la cárcel y de la condena, o entre 25 a 40 euros el tercer grado.

Todo esto lo puedes aprender en la cárcel. Instrucción. Sobre la educación, desde luego poco vas a aprender allí, y menos por parte de los funcionarios de prisiones. Vienen instruidos al respecto, pensando que la educación es sinónimo de debilidad. Que, por ser educados, que por tratar a los presos con educación se les va a considerar débiles, flojos. Nunca más lejos de la realidad.

Pero desgraciadamente eso no va a cambiar, al menos en varias decenas de años. Tiene que llegar otro Coronel Montesinos, otra Victoria Kent, otra Concepción Arenal para que haya un pequeño cambio en nuestras prisiones.

Alfonso Pazos Fernández