El 63% de los pacientes con cáncer de próstata metastásico asegura que la enfermedad, o los efectos secundarios de los tratamientos, limita su vida cotidiana, según una encuesta realizada por la Asociación Nacional de Cáncer de Próstata (ANCAP), el Grupo Español de Oncología Genitourinaria (SOGUG) y la compañía Novartis.
En fases menos avanzadas, cuando el tumor aún no ha desarrollado metástasis, la cifra sigue siendo alta: un 57% de los encuestados afirma que la patología les impide llevar una vida normal. Los síntomas físicos son frecuentes y persistentes: el 75% dice sentirse cansado, porcentaje que se eleva al 90% en los casos metastásicos. Además, el 63% ha sentido malestar general, el 37% ha sufrido náuseas y más de la mitad ha experimentado problemas urinarios.
La vida sexual es otra área duramente impactada, con un 77% de los pacientes afectados. No obstante, más del 20% prefiere no hablar sobre ello, lo que pone de relieve que se trata de un tema aún estigmatizado o silenciado.
La dimensión psicológica también queda profundamente marcada: un abrumador 90 % considera que el cáncer de próstata es una fuente constante de preocupación. Más de la mitad ha sufrido depresión, un 27% ha sido diagnosticado clínicamente y un 10% ha tenido pensamientos suicidas en algún momento. A pesar de esta carga emocional, casi la mitad de los pacientes (45%) declara no haber recibido apoyo psicológico suficiente.