Hoy: 25 de noviembre de 2024
El síndrome de enfermedad post-orgásmica, o lo que muchos conocen como alergia al orgasmo, es una rara dolencia que afecta a los hombres con síntomas físicos y cognitivos crónicos después de la eyaculación. Se trata de una enfermedad rara, que hasta el momento se desconocen a ciencia cierta sus causas y su prevalencia. Los síntomas pueden durar varios días, incluso a veces hasta una semana.
Esta enfermedad, conocida en inglés con las siglas POIS (Post Orgasmic Illness Syndrome), fue descrita por primera vez en 2002 por el neurosexólogo Marcel Waldinger en la Universidad de Utrecht (Holanda). Ese mismo año publicó dos casos de POIS en el Journal of Sex & Marital Therapy, y en 2011 habló de otros 45 en el Journal of Sexual Medicine.
Los síntomas de esta enfermedad son muy diversos y consisten en la aparición de fatiga, debilidad muscular, malestar general, picor en los ojos, estornudos, sudoración, fiebre, congestión nasal y escalofríos. Algunos síntomas van más allá y pueden incluir ansiedad, aturdimiento, problemas de memoria, estado de ánimo deprimido, incluso dificultad para comunicarse, recordar palabras, leer o retener información.
Estas señales se manifiestan en los hombres a los pocos minutos después de eyacular. Pueden durar varios días (3 o 4) o una semana, dependiendo de la persona. Cuando el POIS comienza a notarse en la adolescencia se llama ‘tipo primario’, mientras que si comienza más tarde en la vida de un hombre se llama ‘tipo secundario’.
Existen varias teorías que intentan justificar la causa de esta enfermedad, pero lo cierto es que todavía se desconoce a ciencia cierta cuál es verdaderamente el desencadenante del POIS.
Al principio, la hipótesis de Marcel Waldinger era que el POIS podría deberse a una especie de alergia al semen, o bien a una disfunción hormonal con déficit de testosterona. Más tarde, se pensó que se trataba más bien de una reacción autoinmune al propio plasma seminal, aunque el antígeno desencadenante aún no está identificado.
Otro investigador, Barry Komisaruk de la Universidad de Rutgers (Newark, EEUU), que comenzó a investigar el POIS en 2012, cree que puede deberse a una disfunción del nervio vago, ya que todos los síntomas que padecen estos pacientes están mediados por este nervio.
El doctor Andrew Shanholtzer, uno de los autores de la investigación, explica que, si bien se desconoce la causa exacta de POIS, se cree que comienza después de una infección o lesión en los testículos, que provoca la filtración de cantidades microscópicas de esperma en el torrente sanguíneo, lo que desencadena una respuesta inmunitaria.
El caso de un hombre de 27 años que padecía POIS fue descrito en la revista médica Urology Case Reports. Los científicos que lo trataron describieron que se trataba de una respuesta alérgica o autoinmune a su propio esperma. Los síntomas, que empezaron cuando tenía apenas 18 años, eran similares a una gripe: fiebre, estornudos, tos y debilidad muscular. Incluso padecía problemas de concentración y de habla.
Puesto que la mayoría de sus síntomas eran similares a los de una alergia, se le administraron varios antihistamínicos que consiguieron reducir los síntomas en un 90%. Quizás a otro paciente no le habría funcionado este tratamiento frente a la alergia al orgasmo, pero lo que está claro es que cada caso se debe ver por separado. Y que es importante dar a conocer la afección; ya que, precisamente por lo poco frecuente que es, se sospecha que podría estar muy infradiagnosticada.
El único tratamiento que parece funcionar realmente en quienes padecen el POIS es la abstinencia. Salvo en el caso anterior descrito, se ha probado con antihistamínicos, antibióticos o antiinflamatorios y el efecto ha sido escaso. Waldinger probó la terapia de hiposensibilización en dos hombres que padecían la enfermedad. Consistía en inyecciones progresivas de semen diluido, cada vez en dosis mayores. Lo cierto es que se trata de un tratamiento tedioso y costoso para poder implementarse en la práctica clínica.
En conclusión, el síndrome de enfermedad post-orgásmica, o como se le suele llamar coloquialmente, alergia al orgasmo, es una enfermedad tremendamente frustrante para quienes lo padecen. Lo más normal es que resulte un incordio para la vida sexual de las parejas y se desencadenen problemas de autoestima e inseguridad.