Esteban Beltrán Verdes hace una reflexión sobre la muerte, la vida y el olvido en su poemario ‘Agosto 2045’, una evocadora obra de seis grandes epígrafes y más de sesenta poemas, llenos de ironía y de poderosas imágenes. Con una trayectoria de más de 25 años al frente de Amnistía Internacional España, Beltrán combina su compromiso con los derechos humanos con una profunda sensibilidad literaria. En esta entrevista con Fuentes Informadas, habla de su obra y su visión sobre los desafíos actuales en materia de derechos humanos.
—Fue una mezcla de cuestiones, todo empezó en el año 2019, el cuerpo de Amanda murió en una casa en Madrid y durante 5 años permaneció el cadáver allí. Debido a la humedad no se detectó el olor y nadie se acuerda de ella. A partir de ahí la muerte me había estado presente en numerosas ocasiones. Esto me hizo reflexionar sobre el deseo de vivir y sobre la propia muerte. Mediante una reflexión irónica.
—El rastro que dejas, como Beltrán ejemplificó con Cunderas, dice que la inmortalidad es lo peor que le ocurre a uno. Alonso Martínez ha quedado reducido a un metro, una calle, una rotonda… Lo que nunca te engaña son las emociones, uno puede haber olvidado los hechos, los datos, pero lo que nunca se olvida son las emociones y los olores de la infancia. Y en eso se resume la mortalidad, el no ser olvidado.
—El concepto de olvido, hay poemas que hablan de zonas afectadas, la guerra civil, el franquismo, la gente cuando moría enseguida iba acompañado de un reloj, una imagen, para no ser olvidado y en el fondo no morir. Además, hay un poema que habla de los verdugos y su inmortalidad, aquellos que hacen el mal y son los que se conocen en el mundo entero por lo que hicieron, como Adolf Hitler. Pero yo escribo mediante lo que he vivido, mis vivencias, mis emociones.
—La mayor amenaza es todo este caudal de gobiernos que ha asentando partidas dictatoriales: Trump, Milei… Lo que están haciendo es romper en su deshumanización de poblaciones enteras, de palestinos, de las personas migrantes y refugiadas. Lo que hacen es idear lo que era el consenso después del holocausto judío, que no hay seres humanos superiores a otros. Ahora cuando se mata a los palestinos en el genocidio televisado en directo y no son muertos si no solo cifras, se produce una deshumanización total. Este concepto es muy peligroso porque nos lleva a lo que era el nazismo. La historia no debe repetirse porque tenemos actualmente una sociedad más cívica, pero como dice Mark Twain, la historia rima. Hay que tener cuidado con esas rimas que tienen que ver con aquellas autoridades que quieren acabar con el orden. Una generación va a querer cambiar la historia, la mía tiene una función más importante, evitar que el mundo se desmorone. No tiene por qué desmoronarse, pero las tendencias son muy preocupantes.
—La respuesta europea ha sido muy diferente. En el caso de Ucrania, extraordinaria, se aceptó a refugiados, se ayudó y se intervino en los primeros 15 días… En Gaza es diferente, es un genocidio y no ha habido sanciones, ni se ha revisado el acuerdo de la Unión Europeo con Israel, las empresas siguen manteniendo acuerdos con ellos, no se ha respetado el artículo 2, la importancia de mantener los derechos, siguen vendiendo armas… Es un genocidio en directo y no hay Estados que lo reconozcan como tal. La respuesta es la indiferencia, la respuesta no ha venido de los países occidentales y no se han tomado las medidas que sí se han hecho con Ucrania.
—Los derechos humanos son lo más importante que hay en la vida. Cuando una persona viene a un país como España, tiene acceso a sanidad y educación. Eso son derechos humanos, la columna vertebral de la vida. Es la parte de la vida que merece la pena. Claro que se violan los derechos humanos, pero sin ellos el mundo sería peor. Los derechos humanos con el compromiso de la gente, hace que miles de personas sobrevivan en el mundo mediante la resistencia y la lucha. No hay que permitir que se violen porque cuando eso sucede, es muy difícil volver a recuperarlos.
—Para Amnistía Internacional el Papa es un jefe de estado, entiendo que hay una parte católica de los ciudadanos. Cuando un Papa como Francisco desaparece, no pueden debilitarse los discursos que hablan de los derechos humanos de los inmigrantes, a favor de la paz… Pero también tiene importantes retos la Iglesia, como son los abusos sexuales ocurridos en el seno de su estado y hay que resolverlos, hay que indemnizar a las víctimas y que tenga carácter de no repetición. La Iglesia católica tiene un sol y sombra en lo que está ocurriendo. Pero es importante la figura del Papa, por lo menos de mensajero de paz, desigualdad, resolución de conflictos, aunque para nosotros es un jefe de Estado más que un líder.
—En España es la misma que la política europea, esta regulada por ella. La considero inmoral, ilegal y busca que los inmigrantes y personas refugiadas no lleguen a Europa por todos los medios, poniendo en juego la vida de las personas, intentando que los refugiados queden varados en las fronteras. Además no solo como seres humanos si no como personas que van a contribuir a los países donde llegan, la economía de España depende de una gran cantidad de inmigrantes que sin ellos no será posible el pago de las pensiones. Es triste porque tiene un gran sesgo ideológico y parte de los gobiernos de Europa apoyan estas medidas sin respetar los derechos humanos.