Lo que hasta hace poco se entendía como un asunto exclusivo del sistema reproductivo ha quedado atrás. El estrógeno, tradicionalmente catalogado como la “hormona femenina”, es también una pieza esencial en la salud cerebral de hombres y mujeres. Así lo demuestra una creciente evidencia científica que apunta a las hormonas sexuales como potentes agentes neurológicos con implicaciones que van desde la esclerosis múltiple hasta el Alzheimer.
Lejos de limitarse a influir en la fertilidad, estas hormonas participan activamente en el desarrollo, la plasticidad y la defensa del cerebro. “Nombras un órgano, y probablemente el estrógeno esté haciendo algo bueno por él”, señala Roberta Brinton, neurocientífica de la Universidad de Arizona. Su presencia modula el metabolismo cerebral, la respuesta inflamatoria, el flujo sanguíneo e incluso la manera en que las neuronas procesan la glucosa, según una información publicada en Clarín.
En mujeres, el declive hormonal tras la menopausia está siendo reconsiderado como un factor de riesgo clave en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas. Y no solo eso: embarazos, menstruación y anticonceptivos también dejan huella en el cerebro. La investigación de vanguardia liderada por científicas como Lisa Mosconi y Rhonda Voskuhl ha revelado que momentos hormonales críticos, como el embarazo o la menopausia, podrían ser claves para intervenir antes de que aparezca el deterioro cognitivo.
La integración del conocimiento endocrino en neurología está dando frutos. Se están desarrollando fármacos basados en metabolitos del estrógeno que podrían proteger o regenerar tejidos neuronales. También se están ensayando terapias que buscan estabilizar los niveles hormonales en pacientes con epilepsia, migraña o EM, adaptando el tratamiento al ciclo hormonal.
Los expertos coinciden: el futuro pasa por la colaboración entre endocrinología y neurología. Porque, como apunta la Dra. Voskuhl, las respuestas ya están ahí: solo falta que quienes estudian el cerebro y quienes estudian las hormonas sexuales empiecen a hablar el mismo idioma.