Si reconfiguramos la pregunta del titular y la planteamos sobre las posibilidades de que un cardenal español salga elegido sucesor de Francisco la respuesta inmediata sin miedo a equivocarnos es que todas y ninguna. Y no solo por el hecho de que cualquier persona que esté bautizada podría ser elegido Papa, es más bien porque nos enfrentamos a un cónclave abierto en el que la división parece clara. Y es claro que será un cardenal, porque así se han seleccionado desde el año 1378.
El ganador debe recibir al menos dos tercios de los votos de aquellos cardenales menores de 80 años y, por lo tanto, elegibles para participar. Un total de 135 cardinales, con una media de 70 años y nombrados en su mayoría por el papa Francisco, se reunirán para elegir al próximo pontífice. La representación europea aún domina, pero menos que en la última elección.
En todas las quinielas, que es ahora el juego favorito entre vaticanistas, cronistas universales y por supuesto entre los miembros de la Iglesia, aparece un grupo de diez a quince candidatos que ‘a priori’ parecen mejor situados y con más opciones de dar luz a la fumata blanca, pero eso es mucho decir porque cuando se cierran las puertas de la Capilla Sixtina a cal y canto para elegir un Papa, dentro de esa obra de arte puede pasar cualquier cosa en el cónclave.
Si no olvidamos que el propio Papa Francisco no estaba entre los favoritos ni aparecía en las quinielas ‘ganadoras’ para suceder a Benedicto XVI, se puede entender que puede pasar cualquier cosa y que lo más seguro es que «casi todos los que entran papas al cónclave salgan cardenales», una de las frases más famosas que se utilizan en cada proceso porque estos días, desde el minuto uno de la muerte de Bergoglio los hay que se postulan y hay quienes postulan a otros para que se quemen y acaben descartados.
En la elección final del próximo pontífice juega también la política, por llamarlo así, que no es otra cosa que la opción de alguien que represente una Iglesia más abierta la tendencia más progresistas y reformista, en la línea de Francisco, o la que se identifica con una posición más tradicionalista y conservadora, y ahí los hay que hasta proponen volver a dar las misas en latín.
Hay recorrido y en ese camino está el grupo de donde puede salir el nuevo Santo Padre. En casi todos los medios aparecen los de nombres Parolin, Zuppi y Pizzaballa, un húngaro Erdö como la gran baza conservadora y el único papa negro posible es Ambongo, carismático pero polémico. Es decir, Italia aspira a recuperar el papado con tres candidatos fuertes, la opción conservadora europea mira hacia Hungría, Asia, con un favorito, el cardenal de Filipinas, venido a menos y África, sin una candidatura potente.
Y sí, Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, de 69 años, es el que todos dan como mejor situado para el ‘habemus Papam’. Y si no él las opciones de que sea un europeo tampoco es extraña porque son mayoría en el cónclave aunque ese no tiene por que influir. No se mira demasiado el juego geográfico y sí los intereses de la Iglesia en cada momento. O lo que es lo mismo: qué Papa necesita la Iglesia en cada momento sean francés, italiano o filipino.
¿Y de España? Lo cierto es que pocas opciones. El que mejor ‘prensa’ tiene es el arzobispo de Barcelona Juan José Omella, del que dicen que es el que más se parece a Francisco en pensamiento y obra, pero tiene en su contra sus 79 años, demasiado mayor, y de hecho con esa edad nunca se ha elegido a un pontífice. Y está también el salesiano español Cristóbal López Romero, cardenal en Rabat, de perfil progresista. Y por lo que sea hay quien tiene un presentimiento: José Cobo Cano cardenal arzobispo de Madrid, con una carrera meteórica.
Desde 1276, las elecciones papales se han realizado mediante cónclaves, que sigue unas normas y procedimientos establecidos en la bula Ubi periculum, promulgada por Gregorio X, y desarrollada por bulas posteriores. Anteriormente el Papa era elegido por el clero y el pueblo romano. Hasta ahora se han celebrado 75 cónclaves, siendo el último el celebrado en 2013, cuando Jorge Mario Bergoglio fue elegido como Francisco, sucediendo a Benedicto XVI.
En este cónclave en el que podrán votar unos cardenales, de España finalmente estarán seis de los siete con ese derecho porque monseñor Cañizares no acudirá por razones de salud. Entre ellos figuran el arzobispo de Madrid, José Cobo; el arzobispo emérito de Madrid, Carlos Osoro; y el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella.
Entre los cardenales electores, los del Viejo Continente serán los más numerosos en la Capilla Sixtina, con 53 representantes, es decir, el 39%. De los 135 cardenales convocados al cónclave, 108 fueron nombrados por el papa Francisco: 40 en Europa, 20 en Asia, 19 en América Central y del Sur, 15 en África, 10 en América del Norte y 4 en Oceanía. Benedicto XVI nombró a 22 y Juan Pablo II a cinco.