Joaquín Sabina bajó el telón de su gira ‘Hola y adiós’ en Buenos Aires con una serie de diez conciertos históricos en el Movistar Arena. Desde el pasado 24 de marzo hasta el viernes 18 de abril, el artista ofreció un emotivo repaso a su trayectoria ante 100.000 personas, entregadas a cada verso y cada anécdota del cantautor andaluz.
“Buenos Aires es mi segunda casa, y a veces la primera”, repitió Sabina en más de una ocasión sobre el escenario. Una ciudad que lo acogió desde su primer concierto en 1988, en el Teatro Ópera, y que desde entonces ha sido su refugio, su musa y su escenario predilecto en América Latina.
Durante cada noche del ciclo porteño, Sabina recorrió su cancionero acompañado por un público que coreó sin descanso himnos como 19 días y 500 noches, Y sin embargo o Con la frente marchita. Precisamente con este último tema cerró más de una velada, como guiño a su conexión profunda con la ciudad que lo inspiró tantas veces, según una información publicada en Clarín.
Amigo de figuras como Charly García, Fito Páez, Mercedes Sosa, Andrés Calamaro y Gustavo Cerati, Sabina no solo ha colaborado con los grandes de la música argentina, también ha compartido vivencias, escenarios y versos que ya forman parte de la historia cultural común entre España y el Cono Su.
Aunque el título de la gira suena a despedida definitiva, en Buenos Aires nadie se cree que sea el adiós final. Sabina, a sus 76 años, sigue emocionando con la palabra y el gesto, y el cariño que recibe en cada rincón de Argentina no deja lugar a dudas: las puertas de la ciudad estarán siempre abiertas para él.