El Real Madrid afronta su semana fantástica, al jugarse su futuro en tres competiciones, con partidos clave ante el CD Leganés, en cuartos de final de la Copa del Re-MAPFRE; el Atlético de Madrid, con el liderato de LaLiga EA Sports en juego; y el Manchester City, en la ida del playoff de la Champions; después de un mes sin descanso entre semana y antes de iniciar un frenético mes y medio con 12 encuentros hasta mediados de marzo.
Con opción de levantar siete títulos -ya solo pueden ser seis al perder la final de la Supercopa de España-, el Real Madrid conocía ya que su calendario sería exigente, pudiendo disputar más de 70 partidos esta temporada. A los blancos les espera un febrero y mitad de marzo repletos de compromisos de responsabilidad y, sobre todo, de carga física, más si se tiene en cuenta de donde viene el equipo de Carlo Ancelotti.
El conjunto madridista todavía no ha tenido una semana de descanso en el nuevo año. Desde que arrancara el 2025 el 3 de enero con la visita a Mestalla, ha jugado cada tres o cuatro días, un total de 10 encuentros en 30 días. Y no se le ha dado mal, avanzó en dos rondas de Copa, ganó en Champions y en Liga, solo con el sonoro borrón en la final de la Supercopa ante el Barça (8V y 1E en nueve partidos), hasta que este sábado cayó en Cornellà en el momento más inoportuno.
El actual campeón de Liga se embotó frente al RCD Espanyol perdiendo 1-0, sin demasiadas ideas en ataque, ni contundencia en defensa, uno de sus puntos débiles, más si cabe, después de la lesión muscular que sufrió el central alemán Antonio Rüdiger, vital para el sistema de Carlo Ancelotti.