La materia oscura, ese misterioso componente que constituye gran parte del cosmos, sigue desconcertando a científicos de todo el mundo. Lejos de ser un concepto abstracto, su existencia está respaldada por fenómenos como las curvas de rotación galácticas, el efecto de lente gravitacional y el fondo cósmico de microondas.
Sin embargo, su verdadera naturaleza continúa siendo un rompecabezas. Nuevas teorías apuntan a que podría estar relacionada con un universo «espejo», una versión paralela del nuestro que podría desvelar los secretos de esta esquiva sustancia, según informa El Mostrador.
Entre las propuestas recientes, destaca la idea de que la materia oscura podría ser un «mar» de neutrones desarraigados. Esta hipótesis surge del delicado equilibrio entre protones y neutrones en nuestro universo, cuya similitud en masa permite la formación de átomos estables y, en consecuencia, de la materia que conocemos. Pero si los protones de este hipotético universo paralelo fueran más pesados, podrían descomponerse en partículas más ligeras, dejando tras de sí neutrones aislados que formarían la base de la materia oscura.
El modelo plantea la existencia de un «sector oscuro» que replicaría nuestro universo con su propia colección de partículas e interacciones. Según esta teoría, una simetría especular entre ambos sectores podría explicar la similitud en las proporciones de materia visible y oscura en el cosmos. En este espejo cósmico, los protones oscuros serían inestables, evaporándose rápidamente y dejando una herencia de partículas que apenas interactúan, lo que encaja con la naturaleza observada de la materia oscura.
En los primeros momentos tras el Big Bang, este universo espejo habría experimentado una nucleosíntesis similar a la de nuestro universo, generando versiones oscuras de elementos como hidrógeno y helio. Sin embargo, debido a la breve vida de los protones oscuros, estos elementos habrían desaparecido rápidamente.
Este sector paralelo también habría tenido una historia térmica propia, enfriándose mucho más rápido que nuestro universo visible. Sus huellas podrían encontrarse en partículas especulares o neutrinos estériles, que quizás detectemos en futuros experimentos.
Aunque la materia oscura sigue siendo uno de los mayores enigmas de la física, cada nuevo avance nos acerca a comprender su verdadera naturaleza. Al igual que en la historia de Urano y Neptuno, los científicos esperan que las piezas de este rompecabezas cósmico encajen y revelen finalmente el rostro oculto de la materia oscura. Quizá, como un reflejo en un espejo, el universo paralelo sea la clave para iluminar la oscuridad que envuelve al cosmos.