Hoy: 23 de noviembre de 2024
La base aérea de la OTAN en Geilenkirchen, en el estado federal de Renania del Norte-Westfalia al oeste de Alemania, ha anunciado que ha elevado su nivel de seguridad en respuesta a la información de inteligencia que indica una amenaza potencial.
Concretamente se trata de una llamada “alerta Charlie”, un evento de seguridad declarado en caso de incidente o informaciones que sugieren “una elevada probabilidad de acción terrorista contra la alianza”.
“Todo el personal no esencial para la misión ha sido enviado a casa como medida de precaución. La seguridad de nuestro personal es nuestra máxima prioridad. Las operaciones continúan según lo previsto”, ha indicado la base a través de un comunicado publicado en su perfil de la red social X.
Las Fuerzas Armadas alemanas han aumentado recientemente las medidas de seguridad de sus cuarteles, ya que se han producido varios incidentes en varias partes del país, incluida Geilenkirchen, que están siendo investigadas por las autoridades como supuestas operaciones de sabotaje contra el Ejército.
El portavoz de la base, Christian Brett, ha explicado que no existe un peligro inmediato y que operaciones de vuelo como las de los aviones de seguimiento AWACS, que despegan cinco días a la semana en esta base, prosiguen según lo habitual.
Los AWACS son aviones Boeing 707 reconvertidos con una estructura de radar en forma de hongo. Pueden localizar e identificar otros aviones a una distancia de más de 400 kilómetros y transmitir esta información a todos los demás en el espacio aéreo con un equipamiento similar, lo que significa que pueden actuar como centros de control de combate aéreo.
Brett, no obstante, no ha querido precisar los detalles de esta amenaza más allá de indicar que ha sido declarada según una información de los servicios de Inteligencia y de desmentir que el espacio aéreo de la base haya sido invadido por aviones no tripulados de procedencia desconocida. “Absurdo”, ha comentado al respecto. “Nada ha volado por aquí”.
El portavoz ha insistido en que no hay motivos para preocuparse y que se trata de una medida puramente preventiva para garantizar la continuidad de las operaciones críticas. Sin embargo, sí que ha reconocido que un nivel de peligro tan alto es inusual y que no se había producido en la base de Geilenkirchen en años.
Según Brett, en la base trabajan unas 1.600 personas, pero una parte importante del personal está actualmente de vacaciones. Alrededor de la mitad de los empleados restantes están ahora en casa debido al nivel de alerta, aunque muchos siguen trabajando.
La Policía alemana también ha confirmado su presencia, sin dar más detalles, ni siquiera el número de agentes.