Hoy: 22 de noviembre de 2024
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha anunciado este miércoles la movilización parcial de al menos 300.000 reservistas a la guerra con Ucrania. La decisión buscará dar respuesta a la contraofensiva ucraniana del pasado 13 de septiembre, donde los rusos perdieron parte de su dominio en enclaves como Donetsk o Járkov.
El ingreso a filas tan solo afectará, en palabras de Putin, a “los ciudadanos que se encuentren en conscripción y también a aquellos que sirvieron en las fuerzas armadas y tengan cierta especialidad militar y experiencia relevante”. Todos ellos serán, en cualquier caso, entrenados antes de sumarse al resto de unidades.
El líder ruso ha justificado su nuevo movimiento alegando que “los occidentales empujaron a Ucrania a la guerra” con Rusia y que, en lugar de negociar la paz, “Kiev está intentando conseguir armas nucleares”. Por ello, el mandatario sostiene que la contestación de su país debe ser igualmente proporcional y que Moscú se defenderá “con todos los medios posibles”, lo que esconde una amenaza subrepticia a la hipotética utilización de armamento nuclear.
Putin también hace hincapié en que esta iniciativa servirá para combatir a los “neonazis”, el término que desde hace un tiempo ha empleado para referirse a los ucranianos. “Ellos han reforzado su ejército con tropas de la OTAN, en su mayoría extremistas neonazis”, ha zanjado.
Sin embargo, la estrategia del Kremlin contiene otro plan que se ha desarrollado de forma simultánea a la movilización de efectivos militares. El Kremlin ha anunciado que entre los días 23 y 27 de septiembre se celebrarán referéndums en territorios ocupados por Rusia, concretamente en Lugansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia. Si estos territorios, pertenecientes a Ucrania, se inclinan a favor de Putin, los rusos encontrarían el pretexto idóneo para declarar la lucha en esos lugares como un ataque ilegítimo.
La ONU, reunida el pasado martes en su conferencia anual, ha calificado esta estratagema de “farsa”. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se pronunciará esta tarde a la luz de los últimos acontecimientos.
Desde fuera, la mayoría de expertos ven los dos planes pergeñados por Putin como un claro síntoma de debilidad del gigante herido de gravedad. La llamada de reservistas a tomar las armas suele constituir, según ha demostrado la historia, una medida desesperada en un contexto en el que los vientos no soplan de cola, sino de cara. El líder ruso, aunque firme en su discurso mesiánico y amenazante, podría temer ante un desarrollo de os sucesos bélicos con el que aparentemente no contaba.