A cualquier rutina, si no se le añade candela, termina siendo un cansancio. Esto puede pasar con el rosario si en cada avemaría no se vincula la alabanza con el recorrido por la vida pública de Jesús, especialmente en las facetas donde la Virgen es más protagonista. Rezar el rosario es ponerse en presencia de Dios, más que para pedirle, para contemplar y agradecer su atrevimiento. Aunque lo primero no está reñido con lo segundo.
El Gobierno había prohibido a un grupo de creyentes rezar el rosario a las puertas de Ferraz, sede del partido socialista, y menos la víspera de las elecciones europeas. Sin embargo, el TSJM lo ha permitido… El conflicto está servido. Se corre el riesgo que esta tarde se enfrenten dialécticamente dos cabeceras de grupo. En una “Dios te salve, María”. En la de enfrente: Be-go-ña. Be-go-ña.
Si yo fuera Dios (perdonen el disparate) me taparía los oídos y clamaría también con la voz más clara:
-¡Vosotros sois los culpables de lo uno y de lo otro! ¡Haber estado atentos a lo que os dije y bien que lo advertí!.. ¡No me pidáis ahora milagritos!