150 años de la Primera República, 11 meses de pólvora e inestabilidad

Eva C. Cruz y Jaime Sánchez

El 11 de febrero de 1873, este régimen se instauró por primera vez en España; una breve etapa caracterizada por varias guerras y presidentes efímeros

11 de febrero de 1873. Las Cortes proclaman la Primera República que duró una fiesta de pólvora. Fue un periodo bastante corto que no llego al año de existencia y se caracterizó por la inestabilidad interna del sistema. 150 años separan esa fecha de este sábado de 2023.

La Primera República española se inserta en un periodo igualmente agitado y mucho más amplio que la historiografía española denomina Sexenio Democrático, que comprende La Gloriosa (la Revolución de 1868), el reinado de Amadeo de Saboya (Amadeo I) y la Primera República (que oscila entre federal y unitaria), y que concluye con el pronunciamiento del general Arsenio Martínez Campos en Sagunto.

La inestabilidad en los gobiernos de buena parte del siglo XIX no es exclusiva de España, la misma puede aplicarse a Francia, Italia, Alemania y Portugal, por no mencionar más que a los países más cercanos.

La insurrección de Martínez Campos supone el fin de la Primera República y significa la restauración borbónica en la persona de Alfonso XII. Su madre, Isabel II, destronada por la Revolución del 68, moriría en su exilio parisino en 1904.

Tres conflictos principales

Tanto la monarquía de Amadeo como el Gobierno de la Primera República han de lidiar con tres conflictos armados de envergadura: Guerra del 68 o Guerra Grande (1868-1878) en Cuba, la tercera guerra carlista (1872 a 1876) y ya, en el contexto exclusivamente republicano, la Revolución cantonal (julio de 1873 y enero de 1874). Con estos antecedentes, no es de extrañar que la tentativa republicana no prosperara.

Entre el 11 de febrero de 1873, día en el que se proclama la República, y el 3 de enero de 1874, fecha en la que se produce el golpe de Estado del general Pavía, España fue federal. Y en estos escasos meses, tuvo cuatro presidentes del Partido Republicano Federal.

De la República federal a la unitaria

A partir de este momento, la República será unitaria, dando paso a la dictadura de Serrano. Este miembro del Partido Constitucional será desalojado de la presidencia por el pronunciamiento de Martínez Campos. Este hecho pone fin a la República y cierra el excursus que se inició con el destronamiento de Isabel II.

Estanislao Figueras y Moragas​ fue el primer presidente de la Primera República federal y ocupó el cargo durante cinco meses. Las controversias en torno a la proclamación de la República Federal propician la huida de Figueras, que teme por su vida. Lo sucede en el cargo Francisco Pi y Margall, promotor del proyecto de constitución federal de 1873.

La rebelión cantonal provoca la dimisión de Pi y Margall, sustituido el gobierno por Nicolás Salmerón. Este encauza el problema cantonal pero se ve forzado a dimitir por motivos de conciencia, al no firmar las condenas de muerte de unos soldados que se habían pasado al bando carlista.

El encargado de sucederlo es Emilio Castelar. Este partidario de la república unitaria consiguió de las Cortes la concesión de facultades extraordinarias en el contexto de la guerra carlista. Amplió las ya solicitadas por Pi y Margall, lo que le permitió suspender las Cortes y gobernar por decreto. El golpe de Estado de Pavía, orquestado ante el temor del desalojo de Castelar del Gobierno, termina con su dimisión. No quiere mantenerse en el poder tras el golpe, y da paso a una República unitaria con el general Serrano como presidente.

El final de la República

A partir de este momento, Serrano, que ha asumido el Poder Ejecutivo de la República y la presidencia del Gobierno, queda establecido como dictador de facto. Sofoca los restos de la revuelta cantonal y la guerra carlista y pretende la convocatoria de unas Cortes que decidan la forma de gobierno del Estado. El pronunciamiento del 29 de diciembre de 1874 por el general Arsenio Martínez Campos en Sagunto da lugar a la Restauración borbónica en España y finiquita la Primera República Española (1873-1874).

Ni las circunstancias internacionales, ni las económicas, ni las sociales ni las políticas fueron propicias a la consolidación de la Primera  República.

El origen incierto del cantonalismo

Uno de los factores que frustró la República fue la Rebelión cantonal. En poco tiempo, muchos municipios se autoproclamaron como entidades autónomas. Algunos buscaban la secesión del país, como Cartagena. Sin embargo, la mayoría querían separarse de las provincias a las que pertenecían. Por ejemplo, Jerez se proclamó independiente de Cádiz.

Aunque haya mucha información sobre la guerra cantonal, no existe un consenso sobre el origen principal de este hecho. “Es posible que las juntas municipales contra la invasión napoleónica crearan un fuerte sentimiento de orgullo local en el tiempo, que en la Primera República derivó en una defensa del cantonalismo”, apunta Jesús de la Cruz, historiador graduado en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.

Tampoco está claro a qué se debe el gran apoyo exclusivo del movimiento cantonalista en la España meridional y en la levantina. Según De la Cruz, es probable que esto se deba a que “en el sur existe un sentimiento más municipalista que en el norte, mayoritariamente regionalista”.

Esta teoría podría explicar la ausencia de insurrecciones cantonalistas en País Vasco y Cataluña, focos principales de las guerras carlistas.

Aun así, en la región mediterránea, se proclamó el “Estado catalán dentro de la República Federal Española”, por parte de los federalistas insurgentes, defensores del cantonalismo en otros rincones del país.

Apoyo monárquico a la República

Respecto a la proclamación de la Primera República, el historiador señala que la clave de su éxito recae en la postura de los monárquicos de instaurarla. La hipótesis de De la Cruz es que ese apoyo era un mero medio para la Restauración del Reino, que se produjo solo once meses después.

Además de las aportaciones de De la Cruz para la elaboración de este artículo, también ha contado con el asesoramiento de María del Mar García Roldán, licenciada en Historia por la Universidad de Sevilla. Ambos han ayudado a indagar en este episodio de la historia de España, caracterizado por haber tenido cinco presidentes en menos de un año.