Hoy: 23 de noviembre de 2024
El ejercicio, el impacto del sueño y los niveles de oxígeno en nuestra capacidad para realizar tareas mentales, forman parte de una investigación realizada por la Universidad de Portsmouth, Reino Unido.
El estudio, publicado en la revista Physiology and Behaviour, revela que tan solo 20 minutos de ejercicio moderado pueden contrarrestar los efectos de una mala noche de sueño.
Dormir lo suficiente es esencial para mantener un estilo de vida saludable, pero según estudios recientes, aproximadamente el 40% de la población mundial no alcanza las recomendadas siete a nueve horas de sueño por noche para adultos. La falta crónica de sueño no solo se asocia con enfermedades cardiovasculares, obesidad y trastornos neurodegenerativos, sino que también afecta negativamente el rendimiento cognitivo a corto plazo.
El estudio, que involucró a 24 participantes en dos experimentos distintos, mostró que el rendimiento cognitivo mejora significativamente durante una sesión de ejercicio de intensidad moderada, independientemente del estado de sueño de la persona o de sus niveles de oxígeno.
El Dr. Joe Costello, de la Facultad de Ciencias del Deporte, la Salud y el Ejercicio, señaló que “el movimiento es medicina para el cuerpo y el cerebro”. Este descubrimiento destaca el poder del ejercicio como herramienta efectiva para contrarrestar los efectos negativos de la falta de sueño, al ofrecer una nueva perspectiva sobre cómo abordar situaciones de estrés como la combinación de falta de sueño y bajos niveles de oxígeno.