El 31% cree que vapear es más seguro que el tabaco tradicional, pese a que los expertos alertan de sus riesgos
El uso del cigarrillo electrónico se consolida entre los hábitos de los españoles. Según el VII Estudio de Salud y Vida elaborado por Aegon, uno de cada diez ciudadanos vapea de forma regular y, lo que es más preocupante, casi un tercio de los encuestados considera que vapear es menos perjudicial que fumar tabaco convencional, según una información publicada en Europa Press.
La investigación, basada en 1.600 entrevistas, señala que el consumo de vapeadores crece de forma constante y se asienta sobre todo en personas jóvenes, especialmente entre los 26 y 35 años. A partir de los 55, el uso cae en picado. Además, hay una diferencia de género: vapean más los hombres (11,9%) que las mujeres (7,7%).
Una de las percepciones más extendidas, pese a las advertencias sanitarias, es que vapear supone un “mal menor”. Aunque el 55% cree que es tan perjudicial como el tabaco, un 31% lo considera menos nocivo. Solo el 13,9% piensa que es peor. Entre los hombres, la creencia de que vapear es mejor está más presente: 38,5%, frente al 23,7% de las mujeres.
Vapeo o tabaco
Además, el estudio observa que las personas que han mejorado su situación económica, siguen una dieta o están laboralmente activas son más propensas a consumir cigarrillos electrónicos. Y aunque el vapeo aún está lejos de alcanzar las cifras del tabaco, ya un 40% de los españoles afirma conocer a alguien que ha sustituido los cigarrillos por el vapeador.
El informe también pone el foco en el tabaco tradicional. El 33,7% de los españoles fuma de forma habitual, siendo los adultos de entre 26 y 40 años los más enganchados. De ellos, más del 63% ha intentado dejarlo, normalmente en más de dos ocasiones. Aun así, el tabaco sigue siendo una realidad cotidiana que convive —y a menudo se combina— con el vapeo.