Hoy: 1 de noviembre de 2024
El catedrático emérito de Neurociencias de la Universidad del País Vasco, Juan José Zarranz, ha recomendado comenzar a cuidar la salud cerebral a partir de los 40 años en lugar de esperar hasta los 70, cuando suele ser demasiado tarde para revertir los efectos negativos del envejecimiento. Durante un acto organizado por el diario El Correo, el profesor insistió en que el ejercicio, una buena alimentación y el control de factores de riesgo son las prácticas más efectivas para mantener la salud cerebral, aunque son hábitos que a menudo se desatienden.
Zarranz subrayó que el envejecimiento es inevitable tanto en humanos como en otros seres vivos, y que la principal preocupación de muchas personas es cómo afecta este proceso al cerebro. Aunque no existe una “píldora de la juventud”, el catedrático explicó que mantener un estilo de vida saludable puede prevenir enfermedades que aceleran el deterioro cerebral y, en última instancia, mejorar la calidad de vida en la vejez.
Para el experto, elementos como el ejercicio físico, una dieta balanceada y el control de la presión arterial y el colesterol son esenciales para ralentizar el envejecimiento cerebral. Factores como el tabaquismo y el sedentarismo contribuyen al deterioro de la salud neurológica, por lo que es fundamental adoptar hábitos de vida más saludables desde la mediana edad para proteger el cerebro.
Asimismo, Zarranz destacó que el incremento en la esperanza de vida expone al cerebro a enfermedades neurodegenerativas, asociadas a la edad, como el Alzheimer. Por eso, la salud cerebral debe formar parte del cuidado de la salud global desde una edad temprana, lo cual puede reducir los riesgos de padecer trastornos cognitivos en el futuro.
Finalmente, el catedrático recordó los avances científicos en el retraso del envejecimiento en animales de laboratorio, donde se han logrado buenos resultados gracias a sistemas nerviosos más simples. Sin embargo, en humanos esto aún es lejano, y aunque los avances permiten vivir más años, no necesariamente mejoran la calidad de vida si no se toman medidas preventivas para cuidar la salud cerebral desde edades tempranas.