El manejo del dolor y los mecanismos para afrontarlo deben ser objetivos centrales en los planes terapéuticos
El ginecólogo Gustavo Salazar ha destacado el impacto psicosocial significativo de enfermedades como la endometriosis y los miomas uterinos en las mujeres, señalando que pueden provocar cuadros de ansiedad y depresión, afectando diversos aspectos de la vida cotidiana de las pacientes.
Los miomas uterinos, que afectan al 70% de las mujeres en algún momento de sus vidas con mayor incidencia a partir de los 50 años, y la endometriosis, presente en un 10-15% de la población femenina en España, con frecuencia pasan desapercibidos para quienes las padecen.
El impacto emocional vinculado al diagnóstico de la endometriosis abarca distintos ámbitos como la vida sexual, familiar, laboral, ocio y la calidad de vida en general. El Dr. Salazar enfatiza que lidiar con dolores crónicos afecta profundamente el bienestar emocional y señala la importancia de prestar atención a los efectos en la salud mental al abordar enfermedades crónicas.
Estas afecciones presentan síntomas físicos variados como sangrados intensos, dolor pélvico crónico y problemas de fertilidad, así como otros síntomas no ginecológicos que complican la rutina diaria de las pacientes, tales como dolor al orinar o defecar, dolor de espalda, abdominal o hemorragias.
El especialista lamenta la falta de reconocimiento público de estas enfermedades, lo que perpetúa un ciclo de silencio y dificulta el acceso a recursos y apoyo adecuados para las mujeres que lidian con estas realidades.
Para Salazar, el tratamiento psicológico puede ser un pilar fundamental en el cuidado de mujeres con enfermedades como los miomas y la endometriosis. El manejo del dolor y los mecanismos de afrontamiento deben ser objetivos centrales en los planes terapéuticos, contribuyendo así a mejorar la calidad de vida de las pacientes.