La prueba podría reducir en un elevado número los pacientes que deben someterse a procedimientos invasivos como endoscopias y biopsias, si el resultado ha sido positivo
Estos días se celebra el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO, por sus siglas en inglés) donde se han presentado nuevas pruebas de análisis de sangre que permitirían detectar precozmente múltiples tipos de cáncer.
Estas novedosas pruebas podrían detectar un marcador oncológico que es común en más de 50 tipos de cáncer diferentes, así como predecir de qué parte del cuerpo procede esta señal. Este marcador proviene de pequeñas secuencias de ADN tumoral circulante (ADNtc) que se encuentran en la sangre y que poseen ciertas modificaciones que los hace diferentes a las secuencias de ADN no tumoral.
“Las sociedades profesionales como ESMO tienen el deber de concienciar sobre el hecho de que en los próximos cinco años necesitaremos más médicos, cirujanos y personal de enfermería, así como más infraestructuras para el diagnóstico y tratamiento, para atender al creciente número de personas que serán identificadas mediante pruebas de detección precoz de diversos tipos de cáncer”, ha explicado el director de investigación en el Gustave Roussy Cancer Centre de Villejuif (Francia) y recién elegido futuro presidente de la Sociedad (2025-2026).
El estudio denominado ‘Pathfinder’, hecho público en el congreso de 2022 de ESMO, presentó una prueba que era capaz de detectar este marcador de cáncer en el 1,4% de 6.621 participantes mayores de 50 años que no sabían si tenían cáncer. Una vez detectada la señal, el cáncer se confirmó en el 38% de los que dieron positivo en el análisis.
“Los resultados son un primer paso importante para las pruebas de detección precoz del cáncer porque han demostrado una buena tasa de detección en personas que tenían cáncer y una tasa de especificidad excelente en aquellos que no tenían. En las personas con un resultado positivo en la prueba, se tardó menos de dos meses en confirmar el diagnóstico si tenían cáncer y un poco más si no lo tenían, principalmente porque los médicos optaron por realizar estudios de imagen y repetirlos posteriormente una segunda vez varios meses más tarde para investigar la posibilidad de un diagnóstico de cáncer”, ha explicado la autora principal del estudio, Deb Schrag.
Uno de los puntos fuertes de esta nueva prueba es que muy pocos de los participantes que obtuvieron un resultado positivo tuvieron que someterse, posteriormente, a procedimientos más invasivos y complicados como endoscopias o biopsias. “Este hecho debería ayudar a disipar las preocupaciones respecto a que estas pruebas podrían causar daño, dando lugar a procedimientos innecesarios en personas que están bien”, ha añadido Schrag.
Con estas declaraciones, pretenden subrayar la importancia de continuar con el cribado estándar para la detección de tumores, como el de mama y el cáncer colorrectal, que son de los más comunes, mientras que se refinan y validan las pruebas para cánceres como el pancreático, el de intestino delgado y el de estómago, donde actualmente no existen otras opciones de cribado.