Hasta un 29% de los jubilados españoles se muestra dispuesto a volver al trabajo de manera parcial. Quieren compatibilizar su pensión con un salario. Así lo revela una encuesta reciente de Funcas, el centro de estudios ligado a las antiguas cajas de ahorros. Este dato pone sobre la mesa la idea de una jubilación “reversible”. Es decir, la posibilidad de trabajar tras jubilarse sin perder los beneficios de la pensión.
El Gobierno ya analiza esta opción. El Ministerio de Seguridad Social negocia con sindicatos y patronal una reforma. La idea es aliviar la presión sobre el sistema de pensiones. En los próximos años se esperan jubilaciones masivas de la generación del baby boom. Este grupo, nacido entre 1958 y 1977, es el más numeroso de la pirámide poblacional española. Su retirada supondrá un reto financiero importante para el Estado.
Aunque el interés en volver a trabajar parcialmente es alto, la idea de retrasar la jubilación más allá de los 67 años sigue siendo minoritaria. Solo un 8% de los españoles se plantea jubilarse más tarde y un 7% lo consideraría si se siente capaz. Esto indica que muchos buscan un equilibrio: quieren mantenerse activos y generar ingresos, pero no desean alargar excesivamente su vida laboral, según ha publicado 20 minutos.
La encuesta de Funcas también refleja un fuerte pesimismo sobre el sistema de pensiones. El 72% de los adultos cree que dentro de diez años las pensiones serán más bajas que hoy. Esta percepción no discrimina: afecta por igual a hombres, mujeres, jóvenes y adultos, con distintos niveles de estudios o ingresos. Sin embargo, es más marcada entre los jóvenes (78%) y los hombres con estudios universitarios (79%).
Este sentimiento de inseguridad impulsa a muchos jubilados a considerar volver a trabajar. La combinación de pensión y salario se percibe como una estrategia para complementar ingresos. Además, trabajar tras la jubilación puede ayudar a mantener la rutina y la sensación de utilidad. Para el Estado, esta tendencia también puede ser positiva. Un retorno parcial al trabajo reduce la presión sobre el sistema y alarga la vida activa de la población.
En definitiva, la jubilación ya no es un concepto estático. Muchos mayores buscan nuevas formas de mantenerse activos y seguros económicamente. La “jubilación reversible” se perfila como una herramienta clave para afrontar los retos del envejecimiento y el futuro del sistema de pensiones.