Hoy: 23 de noviembre de 2024
Este martes, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha anunciado que la tropas ucranianas han llegado a recuperar hasta 6.000 kilómetros cuadrados de territorio perdido durante la invasión rusa. “Nuestras fuerzas han logrado expulsar al enemigo en más de 20 localidades”, aseguraba. “Las tropas rusas están abandonando apresuradamente sus posiciones y huyendo”.
El mandatario ha acompañado su declaración de unas imágenes en las que, en efecto, se podía ver a los soldados ucranianos vitoreados por la población a su paso por las ciudades liberadas. La noticia ha caído como un jarro de agua fría sobre el despacho del presidente ruso, Vladimir Putin, y también sobre varios grupos disidentes del Kremlin, que han decidido manifestar su recelo a continuar con el conflicto armado.
“Nosotros, los concejales de Rusia, creemos que las acciones del presidente Vladimir Putin son perjudiciales para el futuro de Rusia y sus ciudadanos. Pedimos la dimisión de Vladimir Putin del cargo de presidente de la Federación Rusa”, explicaba en un comunicado difundido a través de Twitter la concejal de San petersburgo, Ksenia Thorstrom.
Por otra parte, el líder checheno y una de las manos derechas del dirigente, Razmán Kadírov, sin exigir la renuncia de Putin al poder, ha esbozado una suerte de órdago. “Si hoy o mañana no se realizan cambios en la estrategia me veré obligado a hablar con el líder del Ministerio de Defensa y el líder del país para explicarles la situación sobre el terreno”, amenazó.
Mientras tanto, al otro lado del espectro político, el ala dura del conservadurismo ruso insta a Putin a “ejecutar a los comandantes” que discrepen con su plan bélico y le alientan a que “acalle” las voces críticas con su gestión.