Hoy: 28 de noviembre de 2024
Aquel penoso día, esa persona que llenó nuestras vidas desde que nacimos y que nos recibió con esa mirada dulce y tierna, apretándonos contra su pecho con amor, ilusión y una inmensa felicidad y que con un soplo de voz nos decía… Se marchó para siempre, era nuestra madre. Ese es, el recuerdo que nos marcará de por vida a todos los hijos.
Todo había terminado y ese momento transportó a esos hijos a un lugar en sus mentes donde ella aparecía llena de vida y juventud sonriendo, cuando eran niños. Luego el silencio y la imagen inerte de esa mujer que los amó desde que aparecieron en sus vidas. Ese momento triste y de sensación de desamparo les dejó sin respiración, querían recordar su voz, sus caricias, su amor… Pero ya no estaba, ya era tarde.
Los hijos que dejó, se sintieron huérfanos y con un dolor que cada cual lo sintió según sus motivaciones, pero con una tristeza insuperable. Los que por ley de vida hemos vivido ese momento, es como si algo dentro de ti se desgajase.
Cuando las madres se van para siempre, sientes como si ese cordón umbilical se estirase hasta el infinito… y pase el tiempo que pase, quedarás unido a ella hasta tu propio final.
Ahora han aparecido en algunos medios de comunicación, los de siempre, unos hijos, denostando las figuras de sus padres, en este caso de sus madres. Es para estremecerse y temer estos tiempos con esa falta total de piedad, respeto y con ese desamor helado en sus corazones.
Es muy penoso que en estos tiempos tan vacíos de “virtudes” ocurra que algunas madres, más de las que debieran, sean las personas más atacadas por esos hijos que con una falta total de respeto han encontrado en el maltrato verbal en los medios la manera de lucrarse a costa de hablar mal de ellas, sus madres. Es vergonzoso muy doloroso y temerario para todos.
Si tienen cierto renombre de antes o de ahora, han crecido en fama a través del tiempo pasado o presente, les ha tocado la lotería. No les importa si están vivas o murieron hace tiempo, ellas son ahora, la banca generosa de sus acusaciones.
Esas mujeres que les dieron la vida, esas mujeres que gracias a ser hijos de ellas les están produciendo ganancias económicas muy sabrosas. Venden a sus madres por dinero. Ese es un crimen imperdonable. Es para estremecerse escuchar esas acusaciones de un hijo a su madre.
Los medios que ejercen esa táctica de destrozo personal y moral deberían ser de alguna manera advertidos o pasados a plataformas que emitan a horas donde el escándalo venda, pero no a todos… Solo a los que les gusten esos métodos que, cuanto más morbo, mejor para la empresa que se presta a emitirlo, siempre por el dinero, que es el dios de nuestros días.
Ellos, los acusadores quedarán marcados para siempre. Pero esas madres, por el hecho de serlo siempre, tendrán el perdón para sus hijos bien guardado en su corazón. Ese corazón que a pesar de todo, los amó y los amará mientras vivan.
Esos hijos son dignos de lástima, ellos mismos se han enterrado en su propia basura. Por contarlo, por ser sicarios contra sus madres, por cobrar y por no esconderse avergonzados de un hecho que es totalmente despreciable.
Honrarás a tu padre y a tu madre, es un grito que debe ser escuchado y practicado por todos. Ellas son las que nos dieron la vida. Jamás una madre desea el mal para sus hijos.
Negaos a ver la barbarie de un hijo contra su madre. Igual que si no quieres ver “porno”, no accedas a la plataforma, hagamos el vacío a esos programas que son capaces de destrozar vidas.
Del circo romano solo quedan sus ruinas, no creamos falsos emperadores.
Es un tema delicado y difícil de criticar a uno o a otros. Muy cierto que es lo más grande que hemos tenido, una madre, pero pienso que lo hacen, aunque no es de mi agrado, porque es lo que han vivido, lo que le enseñaron desde pequeño, que era una forma de ganar dinero.
Nadie te enseña a ser madre, es verdad, pero los hijos con frecuencia, te imitan.
Es mi opinion y lo que vivimos de niños lo arrastramos toda la vida.
Es cierto que lo que se vive se imita. Es una pena. Hay un refrán que dice. Por dinero baila el perro aunque no todas las personas actúen de la misma forma, sé de muchas que le han ofrecido cantidad de dinero y se han mantenido en silencio. Es cuestión de dignidad y respeto por uno@ mismo@.
Desde luego no seré yo quien le da audiencia y dinero a esos programas. No sé qué es más despreciable, quien acude a ellos por dinero o quien lo ofrece al que desesperado, vendería hasta a su madre.