¿Trump y Netanyahu, abren las puertas de qué?

24 de junio de 2025
2 minutos de lectura
Benjamín Netanyahu y Donald Trump. | Fuente: EP

La guerra ha entrado en una escalada inédita que ya ha comenzado y cuyo alcance final desconocemos

ARTURO LIMÓN D.

Son las 6:45 de la noche del 25 de junio de 2025. He esperado para escribir esto, que sé que será un artículo más que singular—diré único—porque la historia pocas veces corre frente a nosotros de manera tan extraordinaria como lo ha hecho en los últimos diez días, desde la noche del jueves 12 para nosotros y la simultánea madrugada del viernes 13 en Irán. Desde esa noche recordé a Fidel, y cómo no recordarlo con su sapiencia en la geopolítica y la realidad bélica del mundo. Él decía lo siguiente en uno de los últimos párrafos de su mensaje fraternal al pueblo de México (El Heraldo de Chihuahua, 19 de diciembre de 1998): “Son casi ya las 12 de la noche en Cuba. Ya cesaron seguramente, con la luz del día, los bombardeos en Iraq. Hay aves de la muerte que solo atacan por la noche”. Y así volvió a ser ahora: en la madrugada del domingo 22 de junio en Irán, cuando Trump dijo hace unos días que se tomarían dos semanas para decidir su participación en el conflicto israelí-iraní (¿un engaño o un trumpicón más?).

Todos sabemos que engañaron a los diplomáticos iraníes. Mientras esperaban una negociación con los israelíes el pasado fin de semana, vieron con horror cómo estos realizaban la operación denominada “Decapitación”, en la que masacraron a tres de los cuadros más altos de la milicia iraní y a nueve de los científicos nucleares más prominentes. Primero dijeron que era para frenar el programa nuclear, y enseguida hablaron de “un cambio de régimen”, un sueño anhelado desde que el llamado Sha de Irán fue derrocado por la revolución que llevó al régimen de los Ayatolás en 1979. Ahora traen a su descendiente y pretenden dividir al país, aunque digan no querer cambiar el régimen. En fin, lo que queda claro en este conflicto es que la verdad es la primera víctima de la guerra.

Y esto lo hemos visto en este conflicto, particularmente en Gaza. Hemos sido testigos durante meses de cómo bombardean escuelas y hospitales, hasta llegar a una cifra —dependiendo de la fuente— que oscila entre 875.000 muertos, en su mayoría niños y mujeres, y más de 200.000 desaparecidos. Sin contar los miles y miles de desplazados. Esta semana, por ejemplo, se bombardeó una base militar adyacente a un hospital, que resultó parcialmente destruido. Este hecho sí fue noticia internacional. ¿Pero cuántas veces se calla ante cientos o miles de fallecidos en hospitales, escuelas o campamentos de refugiados en Gaza?

En fin, nadie sabe lo que pasará a partir de ahora. La guerra ha entrado en una escalada inédita que ya ha comenzado y cuyo alcance final desconocemos.

Estemos atentos, y deseamos que quienes dicen que ahora estamos más en paz entiendan que están abriendo la puerta a una nueva guerra. Veremos.

*Por su interés reproducimos este artículo de opinión de Arturo Limón D. publicado en El Diario de Chihuahua.

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