El presidente estadounidense, Donald Trump, ha anunciado que prepara una nueva fase de operaciones contra el narcotráfico, esta vez por vía terrestre. El mandatario ha justificado la medida con un mensaje contundente: “Vamos a acabar con esos hijos de perra”, asegurando que los ataques pretenden evitar muertes relacionadas con el consumo de drogas. “En tierra es mucho más fácil, lo sabemos todo, sabemos dónde viven”, ha explicado.
Durante la reunión de su gabinete, Trump ha vuelto a cargar contra la política migratoria de su predecesor, criticando que “lo que Biden le ha hecho a este país” ha permitido la entrada de “animales” y el aumento de las drogas. En este contexto, ha insistido en que comenzará operaciones terrestres “muy pronto” para que, según sus palabras, las familias puedan vivir sin el miedo a que un joven “acabe muriendo en 60 segundos”.
Las declaraciones llegan en plena polémica por las órdenes de rematar a supervivientes de ataques a supuestas narcolanchas, decisiones que han colocado al secretario de Guerra, Pete Hegseth, en el centro de las críticas. Trump ha afirmado que confía en Pete y que no sabía nada de los ataques, pero ha defendido la estrategia al señalar que “han hecho un trabajo increíble” y que se actuará en tierra “igual que atacamos en el mar”.
La polémica se ha intensificado tras la información revelada por The Washington Post, que detalla la existencia de un segundo ataque para eliminar a dos supervivientes de una embarcación hundida el 2 de septiembre. Esta acción, que podría considerarse un crimen de guerra, vulneraría la obligación de rescatar a quienes sobreviven a un naufragio. Los reportes indican que la campaña ha dejado ya 83 muertos en 21 ataques.
La Casa Blanca, por su parte, trató de justificar lo ocurrido. Su portavoz, Karoline Leavitt, admitió el segundo ataque, alegando que los “grupos narcoterroristas” designados por Trump están sujetos a fuerza letal y que el almirante Bradley actuó “dentro de su autoridad”. Esta defensa, sin embargo, ha puesto al alto mando militar bajo mayor presión, dadas las implicaciones legales y éticas del operativo.
Por su parte, Hegseth defendió la estrategia comparándola con la lucha contra organizaciones terroristas: “¿Cómo se trata a Al Qaeda y al ISIS?”. El secretario afirmó que él autorizó el primer ataque, que no vio “supervivientes” y que las críticas se deben a que “la prensa no entiende la niebla de la guerra”. Aseguró que Trump ha “empoderado a los comandantes para que hagan lo que sea necesario” y que continuarán con operaciones letales para “detener el envenenamiento del pueblo estadounidense”.