Un grupo de investigadores del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo ha presentado un estudio que revela el fuerte impacto de las lesiones medulares en la esperanza de vida de los españoles. Los datos muestran que quienes sufren este tipo de lesión viven, en promedio, 9,3 años menos que la población general, situando su expectativa en 74,4 años frente a los 83,7 años del resto. El efecto es más acusado en los hombres y en personas mayores de 65 años.
El trabajo, presentado en el 39 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Columna Vertebral, señala que la supervivencia media de quienes sufren una lesión medular a partir de los 65 años es de 5,5 años. Entre los factores determinantes destacan la edad en el momento de la lesión, la localización cervical y la necesidad de ventilación mecánica, siendo este último el que más sorprendió a los investigadores, pues los pacientes que la requerían mostraban una menor esperanza de vida.
Las caídas han resultado ser el mecanismo más frecuente de lesión, especialmente las que se producen al mismo nivel del suelo, y representan el 68% de los casos. Además, casi siete de cada diez lesiones afectan a la región cervical, y cerca del 40% de los pacientes ha presentado traumatismo craneoencefálico asociado. Estos datos reflejan la vulnerabilidad de las personas mayores ante accidentes aparentemente leves.
El estudio incluyó a 572 pacientes, de los cuales más de la mitad precisó traqueotomía y un 27,9 % ventilación mecánica al ser dados de alta. La mortalidad intrahospitalaria se situó en el 11,4 %, confirmando la gravedad de este tipo de lesiones. Los investigadores subrayan que, además de reducir la esperanza de vida, la lesión medular condiciona seriamente la calidad de vida de los afectados y genera un alto coste sanitario y social.
Finalmente, se alerta de que el incremento de la esperanza de vida en la población española ha traído consigo un mayor número de lesiones medulares traumáticas en personas mayores de 65 años. El Ministerio de Sanidad estima que el 30% de los mayores de esa edad y la mitad de los mayores de 80 sufren al menos una caída anual. Se recomienda la práctica de ejercicio, medidas de precaución en el hogar y un control médico más exhaustivo para prevenir estas caídas y sus graves consecuencias.