La independencia económica y habitacional de los jóvenes en España alcanza cifras alarmantes en 2024. Según el informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE), solo el 14,8 % de las personas entre 18 y 30 años logró independizarse, la tasa más baja desde 2006. Esto significa que el 74,5 % de quienes trabajan sigue viviendo en casa de sus padres, según La Sexta.
El salario medio de los jóvenes en 2024 fue de 1.048 euros netos mensuales, mientras que el alquiler medio alcanzó los 1.072 euros. Con esta diferencia de 24 euros y sin considerar otros gastos como suministros, alimentación o transporte, emanciparse en solitario es inviable para la mayoría. Además, el precio de las habitaciones en pisos compartidos, con un costo medio de 375 euros, representa un 35,8 % del salario joven, dejando poco margen para otros gastos esenciales.
El panorama se agrava con el aumento del precio del alquiler, que creció un 13,6 % respecto al año anterior, superando ampliamente el incremento del 4 % en los salarios. Desde 2008, los ingresos de los jóvenes han subido apenas un 10,8 %, mientras que los precios de los alquileres han crecido un 54 %, una brecha que refleja la falta de correspondencia entre los ingresos y el coste de la vivienda.
El informe revela que tres de cada diez jóvenes en España están en riesgo de pobreza o exclusión social, y un 22,8 % de quienes tienen empleo también enfrentan situaciones de pobreza. Además, el 70,5 % de los jóvenes que logran independizarse destinan más del 40 % de sus ingresos al pago del alquiler, una condición que los coloca en una situación de sobreendeudamiento.
El impacto es especialmente notable en mujeres jóvenes y en el grupo de 25 a 29 años, quienes registran las mayores dificultades para salir del hogar familiar. Comparado con el periodo anterior a la pandemia de COVID-19, la tasa de emancipación ha caído 3,9 puntos porcentuales, pasando del 18,7 % al 14,8 %, y es considerablemente menor al 26,1 % registrado antes de la crisis financiera de 2008.
El informe también destaca las marcadas diferencias entre comunidades autónomas. Mientras que Asturias registra una tasa de emancipación juvenil del 17 %, en Castilla-La Mancha esta cifra es del 11,2 %, una brecha de casi seis puntos porcentuales. Galicia, Asturias y Cantabria son las únicas regiones donde la tasa de emancipación aumentó en comparación con el año anterior, aunque las cifras generales del país siguen en declive.
El acceso a la vivienda sigue siendo el principal obstáculo para la independencia juvenil en España. Los precios de compraventa, aunque más bajos que en 2008, requieren que una persona joven destine el equivalente a 4,5 años de salario íntegro para pagar una entrada, lo que resulta inviable para la mayoría.
Con este panorama, el informe del CJE pone en evidencia una realidad insostenible para la juventud española. Sin medidas estructurales que aborden la brecha entre salarios y costes de vivienda, la emancipación juvenil seguirá siendo un privilegio reservado para unos pocos.