Si piensa viajar en tren llévese un extintor

16 de febrero de 2024
2 minutos de lectura
Las incidencias en los trenes son normales porque son viejos
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El ministro Óscar Puente dice que nos ‘vayamos acostumbrando’ a que se pueda pegar fuego en un tren porque el material no se ha renovado desde 2008

Cuando llega un payaso a la pista del circo lo normal es que te haga, como poco, sonreír y, si es bueno, que te partas la mandíbula. Sospechaba que la incorporación a la carpa de este Gobierno del vallisoletano Óscar Puente iba a darnos momentos memorables de carcajadas, pero bien visto son asuntos tan serios que más bien dan ganas de llorar.

Tras el incendio registrado en un tren de Extremadura que cubría la línea Cáceres-Madrid ha llegado el ministro Transportes y Movilidad Sostenible y nos dice que esto es lo que hay, que “hay que acostumbrarse porque son incidencias normales”.

Óscar Puente sostiene que como “estamos estirando el material ferroviario todo lo que podemos eso tiene sus consecuencias”. Es decir, en palabras del responsable de los trenes, que vayamos acostumbrándonos a que se pegue fuego, hoy en la cabina, mañana en un vagón, o que nos deje tirados en la oscuridad de un túnel o los llanos de Almuradiel…  Y el tío lo dice y ni se inmuta, ni se la cae la cara de vergüenza al hablar de “incidencias normales” porque “el material rodante ferroviario de nuestro país no se renueva desde el año 2008 en el caso de Cercanías, y desde 2010 en el de AVE y media distancia”.

Se imaginan que el ministro hable así de los aviones, y que diga que los pasajeros deben ir acostumbrándose a que se pegue fuego en los aparatos, hoy en la cabina, mañana en un alerón… porque la flota no se ha renovado convenientemente desde no sé qué año.

Tras escuchar la justificación de Don Óscar, la pregunta que cualquier niño pequeño le haría a su padre es: ¿Papá, por qué los trenes en España no se renuevan desde 2008?

Este gobierno socialista lleva en el poder desde junio de 2018, es decir seis años en los que algo se habrá podido hacer para garantizar la seguridad de los pasajeros de trenes además de pensar en cómo amnistiar a los golpistas catalanes. Y si es una cuestión de dinero tampoco me vale porque si hay para cubrir las demandas sin freno de los catalanes a costa de su ‘déficit territorial’ y de otros excesos ministeriales como el propio exceso de ministros, debería haber para una tontería como impedir que los trenes españoles ardan como una ‘incidencia normal’.

Este ministro por donde va hace amigos y los ha hecho, entrañables para toda la vida, en Murcia, Valencia y sobre todo en Castilla y León, donde ha levantado una polvareda al referirse a esta comunidad como “un geriátrico a cielo abierto”.

Desde que fue elegido para ‘sustituir’ a Pedro Sánchez en la fallida sesión de investidura de Feijóo, ya se le vieron maneras a este político que tiene la lengua muy larga y… la gracia muy corta, por recordar al infinito Sabina.

¡Ah, lectores, si piensan viajar en tren elijan asientos junto a las salidas de emergencia o llévense un extintor. Nunca se sabe si de ello depende su vida.

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