“Hola Miami, siempre es bueno regresar a la manada”. Así saludó Shakira al público que abarrotó el Hard Rock Stadium, en lo que fue mucho más que un concierto: fue un reencuentro con sus raíces, su historia y su fuerza renovada. La artista colombiana cumplió el sueño de presentarse en uno de los escenarios más icónicos de Estados Unidos, y lo hizo en la ciudad que hoy llama hogar.
“Gracias por ayudarme a cumplir un sueño”, confesó Shakira, visiblemente emocionada. Recordó que su última visita al estadio fue como espectadora de Beyoncé, y se preguntó entonces si algún día estaría en ese escenario. Este fin de semana, con miles de fans aclamándola, la respuesta fue un sí rotundo. “Les debo tanto”, añadió.
Durante dos intensas horas, la estrella global ofreció un viaje musical entre el pop, el rock y los ritmos latinoamericanos. Hubo espacio para todos sus himnos: desde “Pies descalzos” hasta su más reciente éxito “Bzrp Music Sessions, Vol. 53”. Su frase icónica “Las mujeres ya no lloran” resonó con fuerza, y el dolor que marcó una etapa reciente de su vida fue reemplazado por un vibrante mensaje de amor propio: “El amor por el otro es bonito, pero más bonito es el amor propio”.
El público fue una mezcla intergeneracional: niños, jóvenes, adultos y abuelos bailaron al compás de su ídola. Las tribunas fueron un carnaval de referencias visuales a las diferentes eras de Shakira: orejas de loba, cintas trenzadas, pañoletas con monedas y pelucas moradas con brillo. Un tributo espontáneo a sus más de 30 años de carrera.
La propia artista deslumbró con 13 cambios de vestuario, que incluyeron vestidos cortos para las canciones bailables, transparencias roqueras y atuendos de gala para sus temas más personales.
La noche tuvo momentos mágicos, como la interpretación de “La Tortura” junto a Alejandro Sanz, que provocó uno de los rugidos más potentes del público. “Ay Dios, esto es lo más bello que ha parido España después de mis hijos”, exclamó Shakira entre risas y aplausos. También subió al escenario Ozuna, y caminaron con ella amigas, familiares, periodistas y modelos como Ariadna Gutiérrez y Winnie Harlow.
El broche de oro fue su ya icónica colaboración con Bizarrap, “Bzrp Music Sessions, Vol. 53”, que cerró un espectáculo donde quedó claro que Shakira no solo está de regreso, sino más fuerte, libre y celebrada que nunca. En Miami, ciudad de segundas oportunidades, la loba rugió más alto que nunca.