Sánchez tranquiliza a Estados Unidos y a la Iglesia, molesta a Israel y apuntilla a Podemos

23 de noviembre de 2023
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El presidente Pedro Sánchez ha dibujado un gobierno que tranquiliza a Estados Unidos, la OTAN y a la Iglesia.
Pedro Sánchez. | EP

El presidente intenta blindarse con cuatro vicepresidencias cortafuegos y cargadas de gestos, preserva los vínculos con la CIA, la OTAN y el Vaticano, pero mete el dedo en el ojo a Tel Aviv para consolidar las paces con Argelia y el mundo árabe y deja amorcillado en tablas a Pablo Iglesias.

El presidente Pedro Sánchez ha dibujado un gobierno que tranquiliza a Estados Unidos, la OTAN y a la Iglesia, al mantener en Defensa a Margarita Robles, jueza con sentido de Estado, que ha conservado la buena sintonía con el Pentágono y la OTAN; protegiendo al CNI de incursiones inamistosas de socios de gobierno, y católica, por tradición familiar y simpatías con el Opus Dei, pero genera un encontronazo con Israel, vía SUMAR, y arrincona a Pablo Iglesias que cuenta con cinco diputados.

La continuidad de Robles equilibra en el plano interno la de Fernando Grande-Marlaska, fiel escudero de Sánchez, pero que se ha desgastado con varios episodios como la negativa del ascenso a general a Diego Pérez de los Cobos y su destitución de la Comandancia de Madrid, que una parte de las bases socialistas y el PP, leyeron como un brindis al independentismo catalán. La truncada pirueta de Grande-Marlaska sorprendió en ambientes jurídicos, tratándose de un juez de notable trayectoria, pero pudo más su pasión por el poder que su vocación de jurista y la Justicia dio al traste con su plan.

Por si fuera poco, Robles tendrá que apaciguar cuarteles del ejército y lanzar mensajes de calma a la Guardia Civil, descontentos con el pacto con el independentismo y la proclividad de Marlaska hacia la Policía Nacional, en momentos de tensiones lógicas por temor de los uniformados a que las concesiones de Sánchez al nacionalismo catalán acaben fragmentando a España, cuando más bajo estaba la acción política del separatismo y no se trata de una cuestión interna, pues otros estados europeos miran con recelo a Madrid debido a sus propios conflictos internos de naturaleza similar.

Con la designación de la madrileña Sila Rego, con ascendientes palestinos -aunque sea del quinteto de SUMAR- Sánchez molesta a Israel, pero su objetivo principal es hacer un guiño al mundo árabe en medio de la reconciliación con Argelia, tras la bronca por el cambio de política española hacia los saharauis; fruto del pacto con Marruecos, impulsado por Washington.

Pero el guiño arabista, del que siempre podrá culpar a Yolanda Díaz, traerá consecuencias porque los judíos no olvidan ni perdonan, como recordó el socialista Enrique Múgica, cuando ETA asesinó a su hermano Fernando, en 1996.

El flamante ejecutivo excluye a Podemos con los cinco ministerios para SUMAR y especialmente con la designación como titular de Derechos Sociales a Pablo Bustinduy; matando tres pájaros de un tiro: Pablo Iglesias, que sigue amorcillado en tablas y usará sus cinco alfiles para apretar y aflojar, siempre que pueda; tiende un puente con el felipismo porque el flamante ministro es hijo de la ex ministra de Sanidad Ángeles Amador y se asegura un recambio para Exteriores, si José Manuel Albares cae o deba ser sacrificado en algunas de las escaramuzas y emboscadas de la geopolítica mundial.

Bustinduy es un experto en Relaciones Internacionales, que renunció a ser profesor universitario en Estados Unidos para servir a Podemos y cayó en la primera revolución maoísta del amado líder, que lo defenestró de la portavocía de Exteriores en el Congreso de los Diputados.

La tricefalia de Félix Bolaños (Presidencia, Relaciones con las Cortes y Justicia) recuerda al bifronte Juan Alberto Belloch, pero su designación en el Palacio del Conde de Ágreda será un apartado que se antoja complicado por los compromisos de amnistía, lawfare y otros malestares- aunque confirma que sigue siendo uno de los hombres del presidente.

El canario Ángel Víctor Torres que salió vivo políticamente del volcán de su patria chica, La Palma, pero perdió el poder por la alianza entre nacionalistas y el PP, tendrá que lidiar con una erupción autonómica, donde Extremadura y Castilla La Mancha avivarán el fuego, al sentirse agredidos por el perdón de deudas catalanes y traspasos a Barcelona y Bilbao; mientras ellos siguen vaciándose y, en el caso de la primera, sin un tren puntual y confortable.

El análisis del nuevo gobierno habrá que completarlo con la designación de los secretarios de Estado y otros cargos que conforman el eje de poder visible, que se ha estructurado en cuatro vicepresidencias, diseñadas para que hagan de cortafuegos a Sánchez en frentes de intensa lucha política, tratar de calmar las revueltas aguas internas de Ferraz y delegaciones provinciales y para intentar matizar el peso político de Yolanda Díaz que -como buena comunista de aparato- ha sabido posicionarse hábilmente, aprovechando las incoherencias del presidente y sabiéndose con las espaldas cubiertas por el killer Enrique de Santiago, puede emerger como la Melenchón española porque sigue sin cambiar de opinión; excepto en materia de pret a porter y peluquería, que tanto atormenta a Navajita Plateá, alias Alfonso Guerra.

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