Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno, ha vuelto a mostrar una “discrepancia profunda” con la condena del Tribunal Supremo contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. Aun así, se ha mostrado convencido de que otras instancias judiciales “trasladarán un fallo diferente al que ha hecho el Tribunal Supremo”.
Sánchez se ha pronunciado en una entrevista en ‘El món’, de RAC1, recogida por Europa Press. Ha querido lanzar un mensaje de “normalidad institucional” tras la condena que inhabilita durante dos años al fiscal general. Ha recordado que el sistema judicial español y europeo cuenta con “otras instancias”, en referencia al Tribunal Constitucional y al Tribunal de Justicia de la UE, aunque sin citarlos; y ha insistido en que confía en que “esas otras instancias” emitirán “un fallo diferente al que ha hecho el Tribunal Supremo”.
Ha señalado además que aún no se conocen los “elementos de la sentencia”, algo que considera “bastante sorprendente”. Y ha añadido que, a la vista del juicio, “tampoco se han visto ninguna prueba concluyente de esta cuestión”.
Asimismo, el jefe del Ejecutivo ha reiterado su “discrepancia profunda” con el fallo del Supremo. Ha precisado que no lo comparte, pero sí lo acata, motivo por el cual ya ha procedido al relevo en la Fiscalía General del Estado. El cambio se formalizó la semana pasada, con el nombramiento de Teresa Peramato.
También, Sánchez ha criticado la reacción del Partido Popular y de Isabel Díaz Ayuso, al señalar que la sentencia se celebra “de manera obscena” por parte de “aquellos y aquellas que se consideran impunes”. Ha mencionado explícitamente a la presidenta madrileña, a su “propia pareja” y al PP.
Preguntado por si, de estar en la oposición, exigiría la dimisión de un presidente cuyos dos antiguos hombres de confianza están imputados, Sánchez ha defendido que él ha pedido perdón y “asumido su responsabilidad” al expulsar del partido a los presuntos corruptos y colaborar con la justicia.
En otra entrevista, esta vez en ‘Cafè d’idees’ de La2Cat, Sánchez ha negado cualquier “ápice de connivencia” con los investigados, contraponiéndolo a la actitud del expresidente Mariano Rajoy. Ha recordado que él nunca ha dicho lo que Rajoy escribió en un mensaje al extesorero del PP: “Luis se fuerte”. Y ha afirmado que el expresidente “puso en marcha una policía patriótica” para obstaculizar investigaciones judiciales.
El presidente también ha señalado que existe una sentencia firme de la Audiencia Nacional que “dice que el Partido Popular se financió irregularmente”. Y ha subrayado que “eso, a día de hoy no existe” en las causas actuales que instruyen el Supremo o la Audiencia Nacional.
Respecto a si abandonaría su cargo en caso de ser imputado, Sánchez no ha querido pronunciarse: “sobre hipótesis no me puedo manejar”. En cambio, ha afirmado que trabaja sobre certezas y que la certeza es que el PSOE “no se ha financiado irregularmente”. Ha asegurado tener “absoluta tranquilidad” y plena confianza en la justicia.
También ha afirmado que “parece evidente” que cuando el presidente del PP y la presidenta madrileña dicen “Sánchez a la cárcel”, lo que buscan es acabar con él mediante la vía judicial. Ha atribuido esta actitud a la “frustración y la impotencia” de una derecha “incapaz” de articular un proyecto político “mínimamente solvente”. Ha señalado como ejemplo que el líder del PP pidiera a la patronal Foment que convenciera a Junts para apoyar una moción de censura. Y se ha preguntado si “no hay nadie al volante” del Partido Popular.
Por último, Sánchez ha evitado decir que se siente víctima de lawfare. Ha explicado que prefiere no expresarlo así porque tiene familiares, en referencia a su esposa y su hermano; que “por desgracia” están siendo investigados en base a “recortes de prensa, de tabloides digitales y de organizaciones ultraderechistas” que forman parte de las acusaciones populares.