El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido con firmeza su reciente visita a China frente a las críticas recibidas desde Estados Unidos, subrayando que la política exterior española no se construye «contra nadie», sino «a favor del entendimiento entre países».
En una comparecencia ante los medios tras reunirse con el presidente chino, Xi Jinping, en el marco de su gira por China y Vietnam, Sánchez insistió en la importancia de mantener una “agenda positiva” con el gigante asiático y abogó por una “elevada interlocución política” basada en “el respeto y la confianza mutua”.
“La política exterior de España no va contra nadie”, recalcó, para después puntualizar que su gobierno trabaja por “la defensa del orden multilateral y del libre comercio”. En ese sentido, el presidente español quiso destacar el papel clave de Estados Unidos como “un socio histórico” con el que la Unión Europea mantiene una relación “mutuamente beneficiosa”. No obstante, matizó que eso no es incompatible con reforzar los vínculos con otras potencias globales.
Pedro Sánchez puso el foco en la necesidad de avanzar hacia unas relaciones entre la Unión Europea y China “más equilibradas”, que permitan “encontrar soluciones negociadas a nuestras diferencias” y fomentar “una mayor cooperación en ámbitos de interés común”, como el cambio climático, la innovación tecnológica o la estabilidad global.
La visita del presidente español a China ha sido vista con recelo por parte de ciertos sectores en Washington, que ven con preocupación los acercamientos de socios europeos a Pekín en plena escalada de tensiones globales.