Desde hace veinticuatro horas no se habla de otra cosa en España que de la historia de sexo y cintas de vídeo entre Bárbara Rey el emérito Juan Carlos. La vedette ha decidido hacer caja y contar con sus palabras eso de
Los Santos Padres esgrimían, con algunas limitaciones convincentes que, del mismo modo que un ánfora ha sido fabricada para llenarla hasta arriba, así el corazón del hombre no descansará hasta que se colme su capacidad de presencia divina (San Agustín dixit).