Hoy: 25 de noviembre de 2024
A estas alturas de la vida nos surge una pregunta, que nos hace reflexionar y nos empuja a buscar, la respuesta. ¿Quiénes son más culpables, los corruptos, o esa corte de colaboradores, esbirros sin conciencia necesarios para medrar?
En estos casos, las mujeres ejercen un papel muy importante hoy, pues estás además recogen grosos dividendos, no como las de antes, que se conformaban con ser admiradas en aquella sociedad de hombres y que pasaron como aquellas mujeres florero sin voz ni voto, siempre en desventaja con respecto a ellos.
Nos tenemos que retrotraer a los años sesenta, setenta y parte de los ochenta. En aquella época existían, familias que con gran esfuerzo, crearon fábricas y empresas, se dedicaron muchos a la construcción y negocios de todo tipo. Solían acudir con sus esposas, como escaparate de su poder, se valían de ellas y hoy se las denominan como, las señoras dé.
Aun con titulación, algunas al casarse renunciaban a ejercer en favor de sus maridos y “dueños” y se dedicaban, “que paradoja” a su hogar, en sus documentos como, dedicación, “sus labores” y desde ese momento se convertían en dependientes de sus maridos, así ellos se sentían plenos con ese poder que ejercían los hombres sobre las mujeres, en aquellos tiempos…
Las sometían a sus dictados, como una esposa con una vida comoda, se debía a las directrices que su marido le imponía. Todo por esas empresas o negocios familiares que les permitía llevar una vida comoda y en muchos casos envidiada, sin ser las celebrities, ni las influencers de hoy, tan cacareadas en las redes.
Las presentaban en fiestas, reuniones firmas de negocios etc..como las señoras de…y por supuesto con una honestidad como esposas totalmente demostrada y ejercida, era su tarjeta de presentación. Con, joyas, pieles y unas maneras estudiadas y perfectas de actuación eran un gran apoyo para sus maridos y exhibían su poderío, sin pudor alguno, casi con ostentación, y funcionaban muy bien.
Quienes más destacaban por su poder económico y por aquellas joyas ostentosas que lucían siempre y que ellas muy inteligentemente dirigidas, añadían el comentario muy utilizado, que eran, un regalo de sus maridos.
Ellas les daban el brillo y lo hacían con estilo y con clase, unas más que otras. De esta forma, ellos cerraban muchos negocios gracias a aquellas esposas, siempre tan dispuestas a darles su apoyo, y lo conseguían.
Más tarde otra forma de poder económico, eran los estudios de los hijos fuera de España, eso daba mucho carácter a las vidas de sus progenitores.
Mientras el resto de la sociedad, esa que sudaba cada peseta para dar a sus hijos formación algunos muy brillantes estudiaban, con becas, otros ayudados por la iglesia y los más luchadores, trabajando y estudiando, se ayudaban para seguir formándose y así labrarse un porvenir.
En esos años España crecía en la construcción después de la destrucción y los que no tenían posibilidad alguna por falta de medios formación, estudios, se marchaban a Alemania, Suiza y otros lugares fuera de su tierra para crearse una vida que aquí no tenían.
Gente que sin conocer el idioma ni sus costumbres se pasaron años fuera, sumando sus ganancias gracias a los trabajos y añorando su tierra sus raíces y sus familias.
Hoy tenemos en esta España, tantos listos sin conciencia, mandando, que siembran un euro y les crece una planta, luego con un esqueje, son capaces de hacer crecer un árbol frondoso que solo les dé frutos a ellos y que sus mujeres son las encargadas de regar, por ser ellas una pieza clave para su crecimiento.
En definitiva, es valerse de nuevo de ellas de las mujeres, pero encima estas las de hoy, se consideran empoderadas y no dejan de ser tan utilizadas como aquellas, y en ocasiones algunas se ven tan crecidas que actúan en nombre de sus maridos anteponiendo a su nombre, la señora de…Solo aprendieron las malas costumbres y se creen pioneras de algo, sin haber creado nada, veremos sus aventuras económicas después, cuando salgan a la luz de los focos.
Cuantos comics se crearán con tantísimas historias vividas por todos estos grupos fanatizados por el poder y que los ciudadanos sufrimos. Sus conciencias ya las conocemos y las estamos padeciendo, con el beneplácito de los que ponen la mano abierta por la espalda.
Son más culpables los siervos útiles, que esos cerebros podridos de avaricia que los crean. Son esos ejecutores necesarios, lampantes, ebrios de poder, que no han conocido nunca lo que significa, la palabra honradez. Quedarán en la historia con más culpa que los creadores de los desastres de su tiempo, por haber puesto la mano.
¿Honradez? Preguntárselo, no la han conocido nunca, vengan de donde vengan. Tenemos muchas muestras de ello, desde lo más alto, al lugar más bajo. Todos estos hechos quedarán plasmados con el añadido de “basado en hechos reales”, como suelen figurar en documentales y películas por ser… !INCREIBLES!!
Que horror de humanidad, como hay gente tan avariciosa que nunca está satisfecho, aunque para conseguir más tengan que hacerlo a base de sufrimiento y engaño ajeno.
Tienen tan nublada las ideas que ni tan siquiera sabrán todo el daño y mala repercusión que sus actos causan.
Una desgracia!
Ojalá se llegaran a conocer la historia que hay detrás de los negocios por ser la “mujer de…”, pero mucho me temo que el tráfico de influencias está tan aceptado en este país que los que lo practican lo ven como lo más natural del mundo. Aquí en España se practica el pillaje en todos los ámbitos: si puedo defraudar , defraudo, si me puedo beneficiar de algo aunque para ello tenga que mentir y decir que soy uno de los afectados, miento.
La “señora de” es un ejemplo más de esta cultura del aprovechamiento en beneficio propio, aunque sea a consta del perjuicio de la sociedad.