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Puigdemont burla todos los controles y reaparece para dar un mitin ante miles de independentistas y vuelve a desaparecer

Puigdemont se pasea en libertad tras regresar a España

Puigdemont saluda a sus seguidores tras el mitin que pronunció tras regresar a España. /EP

El político secesionista ‘desapareció’ entre la gente cuando faltaban diez minutos para que empezase la sesión de investidura de Illa en un espectáculo surrealista

Puigdemont ha llegado a España y ha podido dar un mitin en absoluta libertad a pocos metros del Parlamento catalán sin que nadie lo detenga. La gran pregunta es ¿cómo ha podido llegar hasta territorio español y por qué no ha sido detenido tras entrar al país? ¿Cómo ha accedido sin que nadie lo impida hasta las inmediaciones del Parlamento? Por ahora no se sabe, pero el dirigente secesionista ha burlado todos los controles, si es que los había, y se ha paseado tranquilamente envuelto entre numerosos seguidores independentistas, muchos de ellos con caretas con el rostro del catalán.

El prófugo de la justicia desde hace siete años, dirigentes de su partido Junts y cientos de personas caminaron en un ‘paseo triunfal’ por el Paseo de Luis Companys en dirección a la Cámara sin que los Mossos actuasen. Puigdemont, escoltado por agentes que atienden su protección personal, presidía una comitiva que parecía pavonearse en medio de un gran despliegue policial.

En su desfile Puigdemont iba escoltado por el propio presidente del Parlamento y otros dirigentes, con la policía a escasos metros. Dirigentes de Vox desplazados hasta el lugar han criticado con dureza que “un delincuente que dio un golpe de estado en Cataluña se pueda pasear y dar un mitin con absoluta impunidad”. La indignación la compartían cientos de militantes de Vox concentrados en el lugar que corean gritos de “Puigdemont a prisión”.

“Estamos aquí”

Desde el escenario, el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha instado a no renunciar a la autodeterminación de Cataluña y que es un derecho que pertenece a los pueblos: “He venido aquí para recordarles que aún estamos aquí”.

Llamativo es que apenas unas 3.000 personas acudieron a la llamada del propio Puigdemont para arropar su regreso.

Lo ha dicho en el paseo Lluís Companys de Barcelona en un acto organizado por el Consell de la República al que se han sumado la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural, Associació de Municipis per la Independència (AMI) y al que han acudido representantes de Junts, ERC y la CUP.

Tras su discurso ha emprendido una marcha hacia el Parlament de Cataluña acompañado de los representantes de las entidades y partidos políticos, donde a las 10 está previsto el pleno de investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat.

¿Dónde está?

Alrededor de las 9:30 Puigdemont ‘desapareció’ de la comitiva. Nadie podía verlo en ese momento. La situación ha sido surrealista. A las preguntas de los periodistas a abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye, sobre cómo había podido llegar hasta ahí, respondió con chulería que “con cuidado”, y se encaró con mala educación a los medios cuando le preguntaban por un prófugo de la justicia: “Usted no sabe de lo que habla”, le respondió.

Boye, que vestía una camisa blanca y llevaba una mochila y se cubría la cabeza con una gorra, entró al Parlamento. Faltaban diez minutos para que empezase la sesión en la que fuese investido Salvador Illa y no había rastro del independentista. Es cómo si se lo hubiera tragado la tierra. Para que pudiese entrar a la Cámara tenía que pasar un control policial en el que obligatoriamente debía ser detenido.

Ciertamente la jornada respondía a todos registros de un circo y al esperpento en una imagen nada buena de la política española. El desconcierto era absoluto y las cábalas entre analistas políticos daban juego a qué podía estar ya dentro del Parlamento, a qué podía haber sido detenido (que después se descartó).

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