¿Por qué puede ser aconsejable una amnistía?

2 de octubre de 2023
4 minutos de lectura
Lic. José Benito Rojas

Para todos aquellos que dicen que la amnistía es inconstitucional y que representa reconocer que, en el caso de la nefasta e inconsistente declaración de independencia de Cataluña, el estado fue opresor, sólo decirles que, por favor se lean la Constitución y el Diccionario de la Real Academia Española; a modo aclaratorio: Constitución Española de 1978: Aunque hay prestigiosos juristas que lo discuten, debo decir que hay opiniones en ambos sentidos, algunos opinan que, aunque en la constitución no se prohíba expresamente, hay razones políticas y jurídicas que lo impiden, de hecho la autodeterminación tampoco se prohíbe y sin embargo se considera inconstitucional; sin embargo otros opinan que el hecho de que no se prohíba expresa o tácitamente en la constitución la amnistía es perfectamente admisible ya que, en el caso del fallido e indeseable proceso de independencia de Cataluña, si hay condiciones políticas y jurídicas que pueden aconsejarlo, no así la autodeterminación ya que iría contra el principio constitucional de la indisoluble unidad de España contenida en el art. 2 de la misma.

Según la RAE:

Amnistía: Perdón de cierto tipo de delitos, que extingue la responsabilidad de sus autores. Indulto: Gracia por la cual se remite total o parcialmente o se conmuta una pena. Indulto o amnistía: Si bien el indulto consiste en el perdón de la pena a condenados por algún delito, la amnistía perdona el delito en sí, se haya o no juzgado o condenado.

Pero léase bien: la amnistía perdona el delito y la responsabilidad de los autores; así todos aquellos considerados cooperadores, aún pendiente de ser juzgados, quedan exentos de responsabilidad (véanse trabajadores y empleados de escuelas en que se vieron envueltos en la colocación de urnas y que fueron incriminados y demás afectados por aquellos sucesos del 1 de octubre).

Por otra parte, hay juristas que ven una prohibición de la amnistía en el art. 62, i) de la Constitución que, entre las competencias del rey, dice: i) Ejercer el derecho de gracia con arreglo a la ley, que no podrá autorizar indultos generales.

Pero, en mi modesta opinión que comparten otros mejores intérpretes que yo, de la lectura sosegada no se desprende ninguna prohibición a la amnistía, sólo que el rey no podrá autorizar indultos generales y que su derecho de gracia sólo puede ser ejercido conforme a la Ley; no observo en la Constitución que se impida a las Cortes Generales promulgar una Ley de Amnistía cuando las condiciones políticas y económicas lo aconsejen (recordemos cuantas amnistías económicas se han acordado durante el mandato del Partido Popular), por lo que me parece incoherente que ahora mismo se esté planteando por ese Partido Popular que ha gobernado y que ha sido oposición como segunda fuerza política de este país, que cuando no gobierna haga batalla contra una posible Ley de Amnistía que intente poner fin a un conflicto que, sin lugar a dudas, es de carácter político.

Mis razones en favor de una posible amnistía:

El origen del fallido e improcedente proceso de independencia de Cataluña fue el no respeto de un Estatuto pactado inicialmente por el Gobierno de la Nación y refrendado por las Cortes Españolas y Catalanas, en virtud de un proceso de inconstitucionalidad que anuló artículos de la reforma estatutaria que, curiosa y contradictoriamente, se han mantenido vigentes y constitucionales en otras Comunidades Autónomas; eso unido a una mala gestión política de los Gobiernos de Mariano Rajoy y de Artur Mas, llevó a un aumento no deseado del espíritu independentista de los catalanes, así se llegó al indeseado y desafortunado proceso de declaración de independencia y los subsiguiente efectos de reacción del Estado contra esta innegable mala acción, a partir de ahí podemos hablar de efectos negativos en cualquier sentido.

Dicho lo anterior, resulta a todas luces innegable que estamos hablando de una situación claramente política y que, curiosamente, se ha ido suavizando mediante una buena gestión de negociación y dialogo que ha llevado a una relativa pacificación del conflicto, salvo en el caso de ciertos argumentarios políticos, también indeseables, que parece que sólo se sostienen con el conflicto a nivel nacional para mantenerse sin ofrecer políticas económicas y de gestión serias y eficaces; y para determinar claramente quienes sostienen esas posturas hostiles diré que me refiero al PP y a VOX.

En cuanto a la situación jurídica, también diré que, a pesar de serías opiniones contrarias, también existen tan serias y consistentes opiniones de prestigiosos juristas a su favor; y, en general, diré que cuando lo jurídico se separa radicalmente de lo político, suelen producirse situaciones indeseadas y no hace falta irse muy lejos, sólo recordar que el Tribunal Constitucional llegó a anular, mediante una controvertida interpretación jurídica, una situación que políticamente había sido consensuada y pacífica; por otra parte también diré que el abuso de acudir a los Tribunales para resolver cuestiones de carácter político (el llamado Lawfare), no facilita en absoluto el prestigio e independencia que debemos promulgar en favor de uno de los poderes del Estado, como es el Poder Judicial que, continuamente, por dicho abuso se ve sometido a un continuo enjuiciamiento popular que raya en su propio desprestigio y que, de ninguna de las maneras, deberíamos facilitar, ya que si bien el “ius puniendi” corresponde al Estado la función de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado es competencia exclusiva de jueces y tribunales en el ejercicio de su jurisdicción, y por el buen mantenimiento del orden social dicha importante función no debería ponerse nunca en tela de juicio.

En cuanto a Cataluña se refiere, estoy convencido de que la amnistía, es decir el perdón del delito que, desde luego, no significa claudicación alguna del Estado, va a contribuir seriamente a que gran parte del independentismo, que se acrecentó en ese tiempo ya pasado e indeseable, va a llegar a una pacificación plena y, seguramente, a una disminución del número de independentistas con la consecuencia de una mejor situación política y económica de nuestro querido Estado Español, sin que ello signifique que, tanto en España como en otros tantos países de nuestro entorno, haya grupos o partidos políticos que defiendan una independencia de sus territorios de maneral pacífica y legal, lo que, si bien me parece legítimo, no lo considero positivo en un mundo que, nos guste o no, nos lleva a una globalización total, amén de que los seres humanos deberían ser ciudadanos del mundo y no de los gustos o ideologías que pretenden controlarlo todo, pero en democracia sólo cabe el pronunciamiento de las mayorías representadas en los distintos parlamentos.

José Benito Rojas, Licenciado en Derecho y Gestor Procesal y Administrativo de la Administración de justicia jubilado.

Responder

Your email address will not be published.

No olvides...